Vivimos tiempos inéditos. Las autoridades le están fallando a la ciudadanía.
Atolondrados, respondieron tarde y mal a la emergencia sanitaria. Antes tampoco eran ases de la política.
Otras epidemias se cebaban ya sobre la gente no sólo ante la inacción sino hasta con la promoción activa de los gobernantes.
Por ejemplo la obesidad. Por ejemplo la diabetes. Si bien buena parte de la responsabilidad del cuidado de la salud recae en cada uno de nosotros, las políticas públicas contribuyen a que esa responsabilidad no pueda ser ejercida.
Quien viva en una zona pobre tendrá al alcance aquello que ofrezcan las tiendas y súpers donde la oferta de alimentos se sesga hacia las calorías vacías y dañinas de bebidas azucaradas y alimentos hiperprocesados rebosantes de sal y grasa.
Añadamos a eso la feroz publicidad en televisión y espectaculares y tenemos la mesa puesta para un ambiente obesigénico que de manera tan clamorosa ha coadyuvado a los daños del nuevo coronavirus.
Supongamos que es usted una persona consciente, deseosa de tener una vida más activa que contrarreste en parte la pésima oferta alimentaria. Supongamos que usted decide optar por una movilidad activa, caminar y pedalear.
Se enfrenta entonces al desastre que son nuestras banquetas y nuestras calles.
Espacios peatonales invadidos por coches estacionados. Calles bachientas en donde los raudos cochistas pongan un gramo de cuidado por la integridad y la vida del resto de usuarios de la vialidad.
Añada usted ahora el pretendido aumento de los límites de velocidad en la ciudad.
Porque debe saber que el ayuntamiento de Torreón, aún contra los consejos de sus funcionarios más ilustrados, pretende abrir el tope de 60 kilómetros por hora para que pase a ochenta.
Más velocidad se habrá de traducir en más muertes, en más heridos graves, en una competencia por camas de hospital con los cientos de laguneros que habrán de infectarse en las próximas semanas con el nuevo coronavirus.
¿Es mucho pedirle al alcalde Zermeño que pare esta idea demencial y opte por hacer de Torreón una ciudad que cuide y que respete la vida y la salud?
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