Tras la salida de Nicolás Alvarado, Tv UNAM queda nuevamente sin director y pasará necesariamente por un periodo en el que no tendrá rumbo preciso. Mientras el rector Enrique Graue nombra al sustituto, la televisora universitaria trabajará, por inercia, bajo las directrices que Alvarado dejó, y después, cuando el nuevo responsable sea designado, vendrá un lapso en el que quien llegue a la dirección irá desmantelando la herencia de su antecesor —incluido el reemplazo de funcionarios—, diseñará "una nueva pantalla", marcará coincidencias y diferencias con quien lo precedió, y tratará de darle un toque distintivo a la nueva gestión. Todo eso durará, probablemente, varios meses. En el caso de Nicolás Alvarado llevó siete.
Divo y divino
Por lo pronto, quedó al frente de Tv UNAM, como "encargada del despacho", Gina Bechelany, subdirectora de Vinculación, quien llegó a la televisora invitada por Nicolás Alvarado, cuya salida, como es ampliamente conocido, no se debió a razones vinculadas con su desempeño laboral: salió porque se atrevió a desafiar la "espiral de silencio" que hizo a muchas personas —dentro y fuera de los medios— quedarse calladas y no emitir juicios críticos en torno a la obra de Juan Gabriel para no arriesgarse a dar un mal paso en medio del "clima de opinión" mayoritario que, en cuestión de horas, hizo pasar a Juanga de divo a divino.
En su columna semanal de MILENIO, Alvarado manifestó opiniones sobre Juan Gabriel que hicieron enojar a muchos fans del cantante y compositor, quienes con sus protestas en redes sociales hicieron insostenible la permanencia de aquel en Tv UNAM. La publicación, además, dio lugar a un acto vergonzoso por parte de la Conapred, entidad que pretendió obligar a Alvarado a disculparse, "reeducarse" en materia de discriminación y a no asumir posturas "clasistas" en los próximos textos que escriba.
Multiplataforma
En esta columna manifesté discrepancias con respecto al proyecto de Alvarado en Tv UNAM. Me pareció que en aras de privilegiar la distribución de contenidos en internet, le restó importancia al fortalecimiento de una de las plataformas que, dentro de la convergencia, sigue siendo importante y con respecto a la cual la televisora universitaria tiene déficit: la televisión abierta, donde la UNAM posee un canal, el 20 digital, que mantiene subutilizado.
Pero eso, por supuesto, no me impide reconocer el trabajo que el ahora ex director hizo precisamente para fortalecer la presencia de Tv UNAM en la red y ampliar, por esa vía, la distribución de contenidos. Sigo pensando que la convergencia tecnológica debe incluir todas las plataformas posibles: Tv UNAM tiene muy buena presencia en tv de paga y en la administración de Nicolás Alvarado mejoró sustancialmente la distribución a través de la red en consonancia con las nuevas formas de consumo audiovisual, especialmente entre los jóvenes; pero creo que la institución, sin descuidar las otras plataformas, debe trabajar para tener un canal de tv abierta fuerte. Ojalá quien vaya a dirigir la emisora vea a la convergencia como una totalidad.
Temas de reflexión
¿Cuándo se nombrará al reemplazo de Nicolás Alvarado? Quién sabe, pero en vista de lo ocurrido en enero y agosto-septiembre de este año —cuando Alvarado fue designado y cuando salió— el rector Graue probablemente estará reflexionando en lo siguiente: si entre los candidatos figura alguno que no haya estudiado al menos la prepa en la UNAM, o que no haya tenido vínculo laboral con ella, deberá pensar muy bien si lo nombra, porque se pueden volver a desatar los relámpagos de agosto (y de enero), estallados por quienes no desean "extraños en la universidad". Si en el currículo de algún candidato o candidata aparecen, como parte de su experiencia profesional, los nombres de Televisa y Tv Azteca, el rector deberá evaluar si se decanta por él o ella.
Libertad perdida
Por su parte, quien reciba la designación tendrá que reflexionar, antes de aceptar, en lo siguiente: ¿el cargo implica abstenerse de expresar opiniones personales para no dar lugar a las críticas de quienes no admiten el "desdoblamiento de personalidad" en un funcionario: "Esto lo digo como director y esto otro a título personal"? Y lo más importante: ¿vale la pena perder la libertad por ejercer un cargo público?