Cultura

Madurez

  • 30-30
  • Madurez
  • Fernando Fabio Sánchez

Llegamos al presente en Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988), filme que ha ocupado las últimas entregas.

El famoso director Salvatore Di Vita, luego de habernos contado sobre su infancia y juventud, regresa a Giancaldo por primera vez en treinta años.

Salvatore rebasa ya los cincuenta. Con el pelo cano y la sonrisa tímida, arroja la mirada desde un taxi y descubre los cambios en el pueblo.

El retorno es doble: Salvatore reencuentra la vida que dejó y reconoce con asombro, como si viniera verdaderamente del pasado, el nuevo tiempo de globalización que transformó los espacios rurales.

Hay autos donde había caballos, publicidad donde había grandes paredes de ladrillo y, en general, un pueblo habitado por extraños.

Al final, Salvatore viene a descubrir, de boca de los personajes que antes eran jóvenes, que en el tiempo actual el celuloide y las salas de cine han sido desplazados por la televisión, los videocasetes y la individualidad.

Todo parece haberse ido.

Hasta allí coinciden las versiones de 1988 y 2002. No obstante, será la versión de 2002 la que revele los últimos secretos de Salvatore.

¿Qué encontrará en Giancaldo?

Durante su estancia, Salvatore está en un bar y, de pronto, sus ojos encuentran a una chica que, maravillosamente, es idéntica a Elena.

La ve a la distancia, mientras ella, en cámara lenta y en close up, se toca el cabello rubio, y suena la hermosa música compuesta por el legendario Ennio Morricone.

El espectador reconoce aquel instante de amor a primera vista del pasado.

¿Quién es la chica? ¿Qué misterio encontrará el hombre que vuelve a sentir su corazón de veinte años?

¿Conserva todavía el amor?

¿Es ese amor real, o solo una fantasía, un sueño de la imaginación como tantas historias de luz y sombra que vio en el Paradiso?

¿Hallará las respuestas que la distancia y el olvido nunca pudieron responder?

No sería justo revelar aquí todos los secretos. Lo cierto es que la chica es una puerta hacia el pasado, hacia el descubrimiento.

El filme empieza a cerrar así la exploración de un pacto con la fantasía, el amor y el arte a través del tiempo y la posibilidad.

Nos pregunta: ¿Hay un precio que debemos pagar por el presente? ¿Qué fuerzas forman el destino? ¿Qué actores protagonizarán la película de nuestra vida?

Aquí nos faltaría una quinta entrega para responder con más amplitud estas preguntas. No olvidemos a Alfredo.

Sin él, no hay regreso, no hay principio, y posiblemente tampoco habría dolor. 

¿Hay una última lección que le enseñará al pequeño Salvatore? Ya veremos.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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