Cultura

Connery, Sean Connery (primera): más allá del espionaje de élite

De sólida presencia en la pantalla gracias a su capacidad resolutiva para encarnar papeles de tipos decididos e inteligentes, aprovechando su aspecto de evidente galanura, consiguió trascender su trayectoria más allá del icónico rol que le dio vida visual a uno de los personajes más famosos de la literatura: de estilizado agente secreto se convirtió en poderoso rey, en un medieval Sherlock Holmes con todo y túnica de monje; Macbeth y papá de Indiana Jones; sabio dragón y policía intocable; rudo magnate y militar de diversas formas, entre otras encarnaciones. Sus características físicas, además, se prestaban muy bien para representar personajes de época con cierto poder o don de mando.

Nacido en Edimburgo en 1930, en el seno de una familia de la clase trabajadora, fue repartidor de leche, miembro de la marina, chofer, salvavidas, modelo y lo que se ofreciera; empezó a participar en cortos y filmes para televisión durante la década de los cincuenta, después de acercarse al mundo del teatro. 1957 resultó un año clave dado que se dio a conocer de manera un poco más amplia, interviniendo en diversas producciones como No Road Black (Tully), Hell Drives (Endfield) y Time Lock (Thomas), entre otras. Continuó cimentando su trayectoria cumpliendo con solvencia en Víctima de sus deseos (Another Time, Another Place, Allen, 1958), El cuarto deseo (Stevenson, 1959) y Tarzan, Greatest Adventure (Guillermin, 1959), aún en papeles secundarios.

Tras otras actuaciones en películas televisivas y series, ganó presencia en Los implacables (Lemont, 1961) y Pícaros afortunados (Frankel, 1961), consolidándose en definitiva con su consistente actuación como el Pvt. Flanagan en la clásica El día más largo del siglo (Annakin, Marton, Oswald, 1962) y, desde luego, en El satánico Dr. No (Young, 1962) de Terence Young, quien lo había dirigido en Action of the Tiger (1957). James Bond se convirtió en el personaje que marcó su carrera –lo interpretó en siete películas, de 1962 a 1983- pero que no lo terminó absorbiendo, dada la capacidad que tuvo de alternar su carrera y buscar personajes con algunos matices distintos como los ricachones de La mujer de paja (Dearden, 1964) y Marnie (1964), dirigido por Hitchcock, ni más ni menos.

Además en aquellos años, trabajó bajo las órdenes de Lumet en La colina de la deshonra (1965), drama bélico en el contexto de la II Guerra Mundial, encarnando a un ex sargento lejos de la parafernalia de Bond; con el brillante director, también protagonizó a un ex reo en Supergolpe en Manhattan (1971) y a un detective en The Offence (1973). Fue un conflictivo poeta bloqueado en Sublime locura (Kershner, 1966), colaboró con Dmytryk en el western Shalako (1968) y en la evocativa La tienda roja (Kalatozov, 1969) al lado de Peter Finch.

Arrancó los setenta haciendo mancuerna actoral con Richard Harris en Odio en las entrañas (Ritt, 1970), en el que un grupo de inmigrantes irlandeses que laboran como mineros, protesta ante las crueles condiciones de trabajo en el siglo XIX, para después dar un enorme salto temporal en Zardoz (Boorman, 1974), ambientada en un futuro distante en donde asume el rol de un disruptivo hombre llamado Zed, que se infiltra en una comunidad de inmortales a manera de ídolo.

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Fernando Cuevas
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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