Hace tiempo visité a un empresario que ha alcanzado un crecimiento histórico anual, de doble dígito, en las ventas y utilidades de su empresa. Me pidió que revisara algunos asuntos financieros que le preocupaban. La empresa la integran alrededor de 75 personas. A pregunta expresa comentó: “Me considero una persona exitosa para los negocios”. Tiene mucho mérito, ya que todo lo que ha logrado ha sido con base en su esfuerzo y dedicación, no heredó nada. En diciembre pasado le comenté que iba a salir unos días de vacaciones con mi familia y que nos volvíamos a juntar en enero; me sorprendió mucho lo que me dijo: “Yo no puedo tomar vacaciones, así que mi familia se va a esquiar y yo me quedo a trabajar”. Me platicó que hizo varios intentos, pero por alguna razón u otra siempre se tenía que regresar a resolver problemas urgentes de la empresa. Ya en enero me presentó al gerente de producción y me comentó que había sido un “súper obrero” al que decidió ascender de puesto, pues llevaba algún tiempo en la empresa; pero, lo más importante, sabía perfectamente cómo le gustaba que se hicieran las cosas. Al adentrarme un poco más en la empresa, me di cuenta que todos los gerentes o responsables eran personas sin preparación, incapaces de tomar decisiones, totalmente sumisos, pero con la ventaja de saber hacer lo que a él le gusta. En una cultura laboral así, nada se mueve en la empresa si no lo decide el líder; por lo mismo, él es el encargado de tomar todas las decisiones importantes del negocio como: negociar con los clientes, manejar la relación con el sindicato, decidir los incrementos de sueldos y salarios, atender a los proveedores, visitar a los bancos, realizar los pagos, controlar gastos. Yo he bautizado esto como un sistema solar de administración, y puede ser muy peligroso para el empresario y para la empresa. Pero ¿cuáles son las raíces del problema? En mi opinión se fundamentan en tres factores: 1) Crees firmemente que eres el único que puede hacer bien las cosas, 2) no sabes o no te gusta delegar y 3) no quieres pagarle a la gente. ¿Cuál es el resultado? Estás rodeado de gente incompetente. Te vuelves esclavo de tu propia empresa en lugar de disfrutar lo que has creado. En México, una de las cinco principales razones de fracaso empresarial es que el empresario o dueño cree que es bueno para todo. Te aseguro que el sistema solar de administración no es sostenible en el tiempo. La clave está en rodearte de las personas más capaces, ¿qué opinas al respecto?
Federico D’Kuba es profesor del IPADE Business School