Anteriormente he insistido en diversas columnas que una de las consecuencias más complejas de la pandemia para las empresas será la dificultad para cobrar, en tiempo y forma, los saldos de sus cuentas de clientes. ¿Por qué? Porque uno de los problemas de fondo y característica particular de esta crisis económica es la falta de liquidez, ocasionada principalmente por tres factores: cierre de negocios, despidos y reducciones forzosas de sueldos. Una situación como ésta tiene como resultado que los clientes buenos se vuelvan morosos, los morosos pasen a incobrables, y el monto de cuentas incobrables crezca de manera muy importante en la mayoría de las empresas. Sin embargo, las repercusiones no se detienen ahí. Este mismo conflicto que aqueja a las empresas impacta con mayor fuerza a sectores como el bancario, sofomes y uniones de crédito. Si bien las prórrogas concedidas por los bancos durante el año pasado en forma de programas de apoyo a los clientes intentaron mitigar el problema, en realidad solo lo postergaron, y será este 2021 donde el impacto verdadero se dejará ver en todo su esplendor. Hace unos días leí un artículo de Édgar Juárez en El Economista que, muy a mi pesar, confirma mi punto de vista. El periodista comenta que debido a la segunda ola de la pandemia y al cierre de una parte de la economía (principalmente en la Ciudad de México y el área metropolitana), Banorte se anticipó a un posible deterioro de su cartera, por lo que antes de concluir el año realizó estimaciones preventivas para riesgos crediticios adicionales a los reportados hasta el segundo trimestre de 2020 por un total de $2,406 millones de pesos, de los cuales $2,000 millones son reservas para reflejar los efectos del covid. El problema principal es que si a las instituciones financieras se les atora la recuperación de la cartera comenzarán a contraer los créditos para las empresas, lo cual disminuiría aún más la liquidez y por lo tanto afectará la situación económica. Hoy más que nunca debes cuidar tu relación con los bancos y tus líneas de crédito. ¿Qué opinas al respecto?
Federico D’Kuba es profesor del IPADE Business School