Por las peores razones, Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, es personaje de época. Nacido en Badiraguato, Sinaloa, la Navidad de 1954 es, desde hace tiempo, la figura más importante y emblemática del crimen organizado asociado al tráfico ilegal de drogas. Su irrupción noticiosa es trágica y ocurre la tarde del 24 de mayo de 1993, cuando en el aeropuerto de Guadalajara es acribillado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. El entonces procurador general de la República, Jorge Carpizo, informó que el asesinato fue por la confusión de los pistoleros de los Arellano Félix del religioso con El Chapo Guzmán. Al mes siguiente, El Chapo es capturado y condenado a 20 años de prisión por homicidio y narcotráfico.
La notoriedad de Joaquín Guzmán no solo es por su actividad delictiva, sino por su doble fuga de cárceles de alta seguridad, hechos que han provocado una doble crisis: la de credibilidad de las autoridades y la de la relación de las autoridades mexicanas con las agencias de EU, las que han hecho del delincuente prófugo objetivo central, resultado de su importancia en el envío de drogas a EU y por la referencia de que él estuvo involucrado en los hechos que llevaron al secuestro, tortura y ejecución del agente encubierto de la DEA, Enrique Kike Camarena, acontecido en febrero de 1985.
Para el gobierno del presidente Fox, como para el actual ha sido muy costosa la fuga de El Chapo. Es un hecho que la corrupción ha sido el factor. La versión de Monte Alejandro Rubido, ex titular de la Comisión Nacional de Seguridad, fue en el sentido de la destreza extrema del criminal. Los videos difundidos recientemente por Carlos Loret de Mola en su noticiero televisivo, indican de manera inequívoca no negligencia o complacencia, sino complicidad de las autoridades carcelarias. Cabe señalar que antes de la difusión de los videos con audio, Alejandro Rubido tuvo que renunciar y la responsable del sistema carcelario y el director del reclusorio están sujetos a proceso judicial.
La noticia de ayer sábado, ofrecida por NBC News, fue en el sentido de que marinos habían herido en el rostro y una pierna a El Chapo Guzmán en un operativo en la sierra de Sinaloa en días pasados y que se le tenía sitiado. Ayer por la noche el noticiero conducido por Joaquín López Dóriga informó sobre la detención del círculo cercano del delincuente en operativo de la Marina de hace diez días en el llamado triángulo Dorado (zona serrana entre Sinaloa, Durango y Chihuahua). Notivox fue informado por fuentes gubernamentales de que El Chapo sufrió lesiones en el rostro y pierna, no como resultado del enfrentamiento, sino al intentar huir del operativo de fuerzas de élite asignadas a lograr su recaptura.
La respuesta de las autoridades mexicanas ocurre como una reacción a la difusión de los hechos que hizo NBC News. Con frecuencia las fuentes de los medios norteamericanos son las agencias de ese país, a quienes son funcionales, vieja práctica para presionar a las autoridades mexicanas. En el caso concreto la versión es que la labor de inteligencia de los norteamericanos permitió la localización del delincuente, como también se dijo que ocurrió con la detención en Mazatlán, en febrero de 2014. El secreto en las investigaciones casi siempre es necesario. Los operativos no pueden ser públicos y menos anunciarse. Por su parte, las filtraciones casi siempre tienen una doble intención y las no controladas pueden perjudicar las indagatorias.
El presidente Peña Nieto ha hecho de la recaptura un primer objetivo de la agenda de seguridad. Su detención no revierte el daño ocasionado, pero sí recuperaría en mucho la credibilidad de las autoridades y, especialmente, la imagen del país en el mundo. Su captura será difícil por la complicidad social en las zonas de influencia de El Chapo, incluso alcaldes han salido públicamente a protestar contra los operativos del gobierno federal, como es el caso del de Tamazula, Durango, Ricardo Ochoa Beltrán, concuño de Joaquín Guzmán.
El Chapo sabe que su destino es acabar sus días en una cárcel en el país vecino, por lo que dará la batalla con todo hasta lo último. Por lo que ahora es conocido, queda claro que su poder económico y de intimidación no da para contener la determinación gubernamental para su detención, además de contar con el apoyo decidido de las agencias norteamericanas.
La labor de inteligencia es crucial para dar con él. Las autoridades mexicanas, por sí mismas y el rastreo de la fuga, como informó al Senado la procuradora Arely Gómez, indica que el delincuente prófugo se había dirigido al llamado Triángulo Dorado. Las detenciones de sus colaboradores próximos contribuye de manera importante a su detención. Aunque los recursos de El Chapo son extraordinarios, es posible y, sobre todo, deseable su pronta y definitiva captura.
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