Por primera vez señor Andrés Manuel López Obrador estamos de acuerdo usted y yo en algo, así como nueve millones de personas más: ya que declaró que José Antonio Meade es una persona decente, buena y honorable. Y eso sí no se lo voy a refutar, ésta declaración es quizá una muestra de madurez de un virtual ganador a la presidencia de México.
Y hablando de madurez me toca hablar de edades y de la pertinencia de estar en la mejor edad para desarrollar un cargo público de manera adecuada. Hace poco más de una semana, el periodista Alejandro Hope escribió en un mensaje de twitter personal sobre el cargo y edad de algunos de los miembros del gabinete para el sexenio próximo y remató con el promedio de edad de ellos, que es de 59.7 años, y cerró con la matadora frase: ¿el gabinete más viejo de la historia?
Por supuesto más tardó Hope en publicar que la mención en viralizarse por las redes sociales, lo acusaron de gerontofóbico lo menos, y se generó un cuestionamiento que vale la pena analizar: ¿cuál es la mejor edad para tomar un puesto del peso que implica llevar a una nación a buen trayecto?
A decir de los psicólogos como Yadira Mateus Estéban, la madurez conlleva a la toma de decisiones informadas, a la aceptación y corrección de los errores, así como a la ejecución de acciones con base en las experiencias fallidas y su corrección, por ende la eficacia con mayor garantía; sin embargo, la propia Mateus asevera que la “madurez joven”, aquella que sigue a los primeros años de adultez cuenta con la ventaja de la fuerza creativa y el arrojo, aunque con la inadecuada prepotencia del joven que nulifica al adulto mayor, así como la propuesta de metas muchas veces irrealizables. El adulto de edad promedio de cincuenta años cuenta con certeza de acción, agudeza en decisiones, pero en su contra la poca agilidad de toma de decisiones inmediatas y la posible expresión de aletargamiento.
Al igual que usted señor López Obrador, tal como versa la canción de Ana Belén: “Yo también nací en el 53, yo también crecí con el Yesterday como tú, sintiendo la sangre arder…” Estoy convencida que la gente no es eficaz con base en su edad, aunque la edad nos da experiencia, sabiduría y mesura, eso sí, si que lo es. Y aquí cabe señalar que si bien es cierto excepto el gabinete de Porfirio Díaz ha sido mayor en promedio al que propone AMLO, los gabinetes más recientes han fallado precisamente porque han sido de jóvenes impulsivos, esta verdad tampoco quiere decir que si te rodeas de viejos te van a salir las cosas. Lo importante cuando eliges un equipo de trabajo para dirigir a un país como México, es lograr el equilibrio al elegir la fuerza y el vigor de un joven y elegir también a alguien con experiencia y sabiduría de una persona madura.
PD. Señor Obrador por primera vez estamos de acuerdo en algo: ¡José Antonio Meade es un hombre honorable, bueno y decente!