Emulando al icónico ex presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, (no por nada fue el único reelecto en cuatro ocasiones) su frase: “En política nada ocurre por casualidad”, es el vivo ejemplo de lo sucedido ayer con la detención en España del ex director de Pemex, Emilio Lozoya; su encono con la 4T -de Santiago Nieto Castillo- y sus repercusiones en el PRI, de cara a las intermedias del 2021.
Y es que casi simultáneamente, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alejandro Moreno, lanzaba en redes sociales su (pésima) campaña “Échale la culpa al PRI”; en el Estado de México, Alejandra del Moral, dirigente estatal del tricolor, ofrecía una conferencia de prensa para dar detalles de la estrategia política en el próximo proceso electoral mexiquense, mientras se daba a conocer la noticia de la detención de Lozoya.
El arresto provocó el desconcierto de la propia Alejandra Del Moral, quien en esos momentos era vulnerable ante los medios de comunicación en Toluca, sin embargo, su respuesta es y será la tónica a seguir de la militancia: el priismo se desmarcará y deslindará de uno de los colaboradores más cercanos al ex presidente Enrique Peña Nieto, “cada quien debe ser responsable de sus acciones y decisiones”, declaraba.
Recordemos: la Fiscalía General de la República imputó al ex director de Pemex los delitos de asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y cohecho por la venta de la planta de Agro Nitrogenados y el caso de Odebrecht desde antes de asumir el cargo federal , y del cual supuestamente recibió 12 millones de dólares a cambio de presuntos sobornos para beneficiar a la polémica empresa de Brasil.
La Secretaría de la Función Pública lo inhabilitó por 10 años para ocupar cualquier puesto público tras determinar que mintió en su declaración patrimonial; también está pendiente la investigación por la adquisición de un astillero en España durante su administración en Pemex, que ha dejado pérdidas por 50 millones de euros.
Y pues sí, los mexicanos y los mexiquenses le harán caso a la nueva campaña del tricolor: le echarán la culpa al PRI. Allí están los casos Emilio Lozoya, Javier y César Duarte, Humberto Moreira, Mario Villanueva, Andrés Granier, etcétera... etcétera, que harán muy difícil para este partido separar los actos en los que incurren sus militantes como funcionarios, de la cuna priista que los vio nacer.
Lo que es cierto, también, es que en estos momentos el caso Lozoya le viene bien a la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que, entre la rifa del avión y la despenalización del feminicidio -y muchas otras polémicas- sencillamente, su popularidad mermaba.
¿Casualidad?
