Es la noche del 5 de junio y las encuestas de salida le arrebatan como pétalos sus aspiraciones presidenciales.
De pie y de frente, ve los distintos monitores con los resultados poco favorables. El "cuarto de guerra" es un hervidero de murmullos y verborrea como queriendo ahuyentar al incómodo silencio.
Llegan más reportes impresos que de manera brusca le entregan al líder, al estratega, al gran jefe.
-"Acaba de llegar Durango señor". Sin expresión en el rostro estira la mano, recorre los números con la mirada y le sonríe al esclavo: "gracias".
Así van entrando como rompehielos en Alaska los resultados de Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz, apodado este último entre los grupos políticos como "la rifa del tigre": "¡Quién chingados va a querer esa mierda de deudas y sangre?" gritó alguna vez un obeso político que con aspavientos manchó de tinto la tabla fina del Pujol.
Cuatro, cinco, seis, siete... Siete estados de 12 de los cuales tres pueden ser peleados por llegar con final de fotografía.
-"¡Pinche tabasqueño se salió con la suya!", grita otro esclavo por allí.
Entonces, el estratega decide tomar su vehículo y dirigirse a Los Pinos.
Recorre los muros del antiguo rancho La Hormiga. Lo acompaña un miembro del Estado Mayor Presidencial, hasta la cocina, donde lo espera el presidente.
-"Señor presidente. Debe estar enterado. También perdimos Aguascalientes y Chihuahua".
-"Ya sé. Chihuahua. Puto 'jirafales' se salió con la suya", resuenan en los techos las palabras presidenciales.
-"A las 23 horas con 47 minutos del 5 de junio le presento mi renuncia irrevocable señor presidente".
El secretario particular del mandatario interrumpe la escena para entregarle un celular mientras le advierte: "Es el poblano".
El presidente toma la llamada y se aleja unos metros. Sonríe con mueca cómplice.
Corta la llamada y le entrega el aparato al secretario: "Déjanos solos".
-"No Manlio te equivocas, de irrevocable nada. Déjame pensarlo unos días. Como dijo el 'secretarito' alguna vez: 'sea hombrecito'".
-"Ya lo esperan en su despacho señor presidente", vuelve a interrumpir el secretario.
Dos semanas después, se hizo oficial.
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