Aquella mañana, seguro de sí mismo como siempre, el entonces coordinador de la bancada perredista en el Senado, Luis Miguel Barbosa, decidió "salir del clóset" para gritar a los cuatro vientos su abierto y total apoyo al "Peje". Los perredistas, ni tardos ni perezosos, sacaron las uñas para dejar en géneros sus vestiduras.
Algunos lo señalaron de "oportunista", sobre todo por los dichos y bichos que en el pasado le había lanzado a Andrés Manuel.
Pero así lo dijo una vieja conocida: "Lo que juí, juí, más a hoy ya no".
¿Quién no se ha equivocado? O mejor dicho, ¿quién no ha rectificado o ha cambiado su opinión con respecto a lo que antes le significaba la atracción de su deseo?
Yo soy uno de ellos. Así me parecía el "Peje". Me tragué la historia, la propaganda de que el hombre era "un peligro para México" (por poco tiempo, pero caí). Me refiero al mismo individuo que después de ser dirigente nacional del PRD y Jefe de Gobierno del Distrito Federal, hasta este momento viernes 17 de marzo de 2017, no se le ha encontrado una sola propiedad, rancho, mansión en Polanco, colección de vehículos, yate, cajas de zapatos con dinero o cuentas en Suiza.
Hoy, y gracias al libro "Los Suspirantes 2012", de Jorge Zepeda Paterson, el "fantasma chavista" de AMLO se esfumó. Cambié mi opinión.
Con Barbosa puede ser convicción o puede ser interés; lo más probable es que se trate de ambas y se vale, es parte de la política.
Y sostengo lo que hace semanas señalé en "Tribuna Noticias", Barbosa no es un mero promotor de Andrés Manuel, está cada vez más cerca de destaparse como el candidato al gobierno de Puebla por Morena y, si por alguna razón (o necedad) es Rodrigo Abdala quien se quede con ese lugar en la boleta, el senador tehuacano quedará en primera fila para ocupar una secretaría de estado, Gobernación, por ejemplo. Es mi apuesta.
Nada es gratis y menos en la política. No insista paisano con que esto lo hace por amor al "Peje". No tarde mucho en destaparse, porque claro lo tengo que eso que busca o quiere ya lo tiene pactado y bien, con López Obrador. El imparable, hasta el momento, López Obrador.
Como dice la frase popular, "no se da paso sin huarache".
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