No dan ganas de votar ante el fraude y las millonadas que se destinan al sistema electoral. Las estadísticas del INE lo prueban: menos del 58% de electores vota y cada vez menos quieren militar en un partido político.
La democracia está en extinción. La vida política no es sustentable: se gasta más de lo que se obtiene. Mucho dinero va al sistema de partidos y no redunda en políticas públicas satisfactorias. Requerimos una vida política sin partidos. Urge poner en el gobierno menos partidos y más ciudadanos.
No, no es utopía: la democracia electrónica puede convertir la política de un país en sustentable, eficaz y satisfactoria. La democracia electrónica da voto efectivo a los ciudadanos para que se haga la voluntad general.
No consiste en campañas electorales de bajo costo en las redes sociales, ni en sustituir la papeleta y la urna por un clic. Eso es tecnología al servicio de los vicios electorales, poner vino nuevo en odres viejos.
La democracia electrónica transforma el sistema electoral: lo que elegimos y por medio de quién lo elegimos. Si el Congreso de la Unión va a decidir un asunto del cual usted sabe y quiere votar, se le ofrece la oportunidad de dar un clic para que la parte proporcional de la soberanía del país que le corresponde como ciudadano, es decir, su elección, aparezca contabilizada en el tablero electrónico; como aparece hoy la del representante de su distrito que le ignora. Si usted no quiere o no sabe participar, puede delegar el valor de su clic en quien confíe, sea por su conocimiento u honestidad. Una vez decidido el tema, se renuevan los delegados integrantes de ese Congreso digital para seguir con la agenda pública.
No es una utopía: en 2014, el Partido Pirata alemán alcanzó su tercer escaño en el Parlamento Europeo. Demos like a la democracia electrónica para un México con sustentabilidad electoral.
DOCTOR JORGE FRANCISCO AGUIRRE SALA
[email protected]
