Solo una independiente estará en la boleta de candidatos a la Presidencia de México el próximo 1 de julio que, de esta forma, ampliará la oferta que realicen los partidos políticos a la ciudadanía.
Desde luego, falta que se pronuncie el Tribunal Electoral del Poder Judicial ante los recursos que presentarán los candidatos cuestionados. Sin embargo, el proceso desarrollado hasta el momento en la búsqueda y registro de las firmas correspondientes nos permite formular unas breves reflexiones.
1) Como se advirtió desde el año 2015, muchos de los independientes son políticos que abandonan sus partidos tradicionales, a veces luego de años de militancia, para buscar por la vía libre las candidaturas que les son negadas en aquéllos.
2) A esto contribuye la propia autoridad electoral con sus regulaciones. Los requisitos establecidos para el registro de los independientes a la Presidencia son tan exigentes, que solo los candidatos que cuentan con reconocimiento público previo, importantes equipos de promoción y apoyo, y cuantía de recursos (en algunos casos, bajo investigación) parecen tener mayor suerte.
3) Sin embargo, hasta el momento la ciudadanía ha acompañado de forma tibia a los independientes (en general) con su voto. En las elecciones de 2015 solo tres de ellos fueron elegidos. En las de 2016 resultaron ganadores 10, y finalmente otros tres en las de 2017. Por lo tanto, el reconocimiento público y los recursos con que cuentan los independientes pueden facilitar su registro, mas no su elección.
4) El juego de acusaciones cruzadas, alegatos y apelaciones que estamos viviendo en lo que va del proceso electoral 2018 ayuda poco a la consolidación de una figura que fue concebida con esperanza, pero que hoy genera el recelo de muchos.
5) Sería de lamentar que los grandes afectados en este proceso fueran la democracia y los propios independientes. Por lo tanto, debemos seguir trabajando en el desarrollo de esta figura, que puede aportar mucho a nuestro sistema político.
JOSÉ FABIÁN RUIZ
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