Política

El Partido Laborista de Estados Unidos

Aun en el remoto caso de que Donald Trump resultara legalmente reelecto según el anticuado sistema electoral indirecto de los Estados Unidos de América, la jornada electoral de noviembre marcará el arranque formal de la decadencia de la hegemonía estadounidense: geopolítica, energética, militar y financiera.

Sobra decir que esta situación afecta de manera directa a sus vecinos del sur: nosotros.

Porque, además, como todos estamos viendo, la efervescencia social interior que ahora rebrota por toda su geografía nacional, no es más que la fermentación de sus dos malformaciones de origen, que hoy estallan: nación de inmigrantes y esclavitud.

Los padres fundadores eran esclavistas. Su vida contradecía su lema originario: “We are all born equal”. Más de medio siglo, y una guerra cruel, pasaron para emancipar a los nietos de los y las arrancados con violencia de sus aldeas africanas.

Emancipados, pero no iguales. Hubo que esperar hasta mediados del siglo XX para que obtuvieran, después de insistentes reclamos, la ciudadanía legal; ni los libra de los disparos impunes de la policía. “The law and order” los obliga y somete; no los protege.

Nación de migrantes: sí, pero unos son más iguales que otros; damas que alardean de ser nietas de los primeros forasteros: los ex súbditos de su Majestad Británica, que desplazaron a los nativos.

Después fueron llegando otros forasteros, discriminados, hasta que llegaba la siguiente oleada: escandinavos, irlandeses (¡horror: católicos!), luego los italianos, filipinos, chinos, judíos y demás.

Ahora la oleada más amenazadora: los latinos, es decir: mexicanos, centroamericanos, cubanos (de buenas familias) también venezolanos y colombianos.

Muchos se cuelan sin papeles por la frontera sur: son los “alliens” según el término oficial de la Patrulla Fronteriza.

La pregunta ingenua es: si obtienen un trabajo legal, que paga impuestos, compran y rentan legalmente, viven pacíficamente y son productivos, contribuyen al bienestar social, ellos y sus hijos ¿por qué son ilegales? ¿dónde está la lógica?

El clasismo, el racismo, el supremacismo pervierten a todas luces el mito de la “nación de inmigrantes”. Ya reventó.

Por eso, estamos viendo la efervescencia en el proceso electoral, que rebasa con mucho la elección. Los malabares de equilibrista Joe Biden, que pretende mantener la imagen tradicional de “demócrata moderado”, ante los reclamos impacientes de los jóvenes seguidores del Senador Bernie Sanders y su programa abiertamente socialdemócrata, que (si votan) darán el triunfo contundente a la formula Biden-Harris.

Ya no cabe la “moderación”. Lo que estamos viendo en Estados Unidos es un fenómeno partidista semejante (toda proporción guardada) a lo ocurrido en la Gran Bretaña hace 100 años: la fórmula bipartidista liberales-conservadores fue históricamente rebasada por el laborismo que desplazó a los liberales, frente al Partido Conservador. No tardará. 


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Esteban Garaiz
  • Esteban Garaiz
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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