Política

Tlaquepaque, una nueva oportunidad

La imagen es elocuente: una familia saca a punta de cubetazos, el lodo, agua y escombros de una inundación que les arrebató su patrimonio. El fenómeno se repite en varias colonias vecinas y afectó a miles de personas que, tras años de negligencia y mala o nula planeación, de corrupción e indolencia, ha provocado la tragedia y mantiene en riesgo a miles de personas.

La imagen anterior es, por decir, menos tétrica que la que se viene: envuelto en bolsas plásticas y con una estaca clavada, es dejado a medio día, en un jardín céntrico, el cuerpo de un ejecutado.

Los diarios reportan cada mañana que ahora fueron seis, ayer ocho y quizá mañana una docena de ejecuciones, al amparo de una impunidad sin límites y de la ausencia del Estado en un municipio que, ahora sí, importa mucho en el discurso de los partidos que gobiernan.

Estas historias pintan entera la situación que vive San Pedro Tlaquepaque, la nueva manzana de la discordia. Un municipio que ha sido tratado, en los hechos, como uno de los patios de Guadalajara y que con el paso del tiempo ha ido anidando infiernitos sin que quienes lo han gobernado hagan algo respecto.

Hoy en este municipio se vive un proceso electoral extraordinario, producto de un proceso accidentado, sucio y lleno de suspicacias. Desde que terminó el conteo, comenzaron los problemas. En los cómputos, los partidos punteros no se bajaron de ladrones y, una vez sancionado el proceso comenzó una cadena impugnativa que terminó en una resolución histórica por su contenido liberal, pero que llena de dudas la elección.

De cara a lo que tuvo que ser una elección extraordinaria y una oportunidad para hacer mejor las cosas, llegó la oficina alternativa de Enrique Alfaro a hacer el trabajo sucio: la mayoría naranja usó la aplanadora para instrumentalizar la causa paritarista y con ello dejar fuera a su principal contendiente. Esta simulación le pega directo a uno de los pilares democráticos, a saber, que el poder no les niegue la participación a sus opositores.

Con todo esto queda claro que, a Tlaquepaque como a Jalisco, se le hace cada vez más necesaria una verdadera alternativa. Una que sí trabaje con apego a la ley, que no permita ni fomente los desarrollos desordenados, una que ejecute su accionar a partir de planes fundamentados en el conocimiento técnico y científico, una que respete el equilibrio y la separación de los poderes, una que no instrumentalice las causas ciudadanas en pos del poder abyecto y, sobre todo: una que ponga a la gente por encima de las disputas.

Los partidos de siempre ya hicieron de esta elección un cochinero; pero es también una nueva oportunidad de comenzar a sacar a San Pedro del bache en el que se encuentra. Es momento de que Hagamos la alternativa que Tlaquepaque necesita.

Ernesto Gutiérrez


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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