Política

Alfaro-Padilla, la madre de todas las batallas

Alfaro-Padilla,  la madre de todas las batallas

El rector Ricardo Villanueva convocó a la mayor manifestación de la historia de Jalisco. Dijo querer reunir a 100 mil personas para reclamar los 140 millones de pesos para el Museo de Ciencias Ambientales. Es imposible no acordarnos de aquella megamarcha de 2010. En aquel momento, el grupo político de la UdeG mostró músculo frente al Gobierno de Emilio González Márquez. Aquella manifestación vino precedida de una inusual visita del exgobernador panista al domicilio de Raúl Padilla, líder político de la UdeG. González Márquez quiso parar la protesta, pero no pudo. Débil luego de aquella desafortunada mentada de madre a los jaliscienses, el grupo político de la UdeG terminó derrotando al gobernador y se coaligó con Aristóteles Sandoval para llegar a Casa Jalisco. El ex gobernador González Márquez quiso deponer a Padilla y no pudo.

Dice Enric Juliana que la historia no se repite, pero rima. Otra vez el grupo político de la Universidad buscará mostrar músculo frente a Alfaro. El gobernador Enrique Alfaro y el rector Ricardo Villanueva se reunieron para evitar la ruptura total, pero el acuerdo no fue posible. Luego de algunos días de mensajes de reconciliación (reunión de seguridad o las obras en el Hospital Civil), los puentes de entendimiento quedaron dinamitados. La reunión en Casa Jalisco se subió de tono y el armisticio es ya cosa del pasado. No se pusieron de acuerdo ni en las condiciones ni en el dinero. Dos horas después de terminada la reunión, el rector convocó a la marcha del próximo 26 de mayo.

La política siempre es espejo del equilibrio de fuerzas. Los universitarios consideran que el gobernador está más débil y huelen sangre. El cálculo del grupo político es que la aprobación del gobernador ha descendido en los últimos meses y que una manifestación multitudinaria puede ser un duro golpe para Alfaro. En el mismo tenor, el grupo UdeG sabe que la estrategia de desgaste con pequeñas movilizaciones a Casa Jalisco no ha funcionado. Luego de meses de debilitamiento político del grupo de la UdeG, sólo le queda la calle.

Es innegable que el grupo que encabeza Raúl Padilla está más débil que nunca. Y esos son datos, no opiniones. No tienen alianza con el gobierno federal. Tampoco con el gobernador. A diferencia del pasado, ahora no hay padillistas en el gabinete. Perdió la UdeG su fuerza en el Consejo de la Judicatura y en el Poder Judicial. En el Congreso, Hagamos es una fuerza mediáticamente notoria, pero aritméticamente irrelevante. Lo mismo podemos decir en los órganos autónomos. El grupo UdeG depende de su control férreo de la Universidad, su nómina y su presupuesto, pero también de los tentáculos de poder externo a la casa de estudios. Sin embargo, a pesar de este debilitamiento externo, es indiscutible que la UdeG está más unida que nunca. No hay fisuras, ni corrientes críticas. Las amenazas obradorista y alfarista unificaron al grupo político de la UdeG. Debilidad hacia afuera, pero unidad hacia adentro.

Movimiento Ciudadano llega también cohesionado, aunque con la interrogante del alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus. El alfarismo entiende que la pugna con Padilla es la madre de todas las batallas. Hubo esbozos de tender puentes, pero no se concretaron. Este sábado, MC tendrá un Consejo Extraordinario con el objetivo de cerrar filas frente a la manifestación del próximo 26. Esto demuestra que, a pesar de los años, el gobernador mantiene control político sobre los principales actores del partido. No es un pato cojo -como dice la teoría política-, sino un gobernador al que la mayoría del partido le reconoce patente de corso. No hay discusión relevante sobre su liderazgo.

La interrogante es Pablo Lemus. El alcalde de Guadalajara no ha escondido su buena sintonía con Raúl Padilla. Lo hizo en la toma de protesta cuando llegó acompañado del “Licenciado”, o la invitación a la inauguración de Guadalajara Capital Mundial del Libro. La relación política entre ambos genera división en el proyecto emecista. La coyuntura pone a Lemus entre la espada y la pared: se alineará con MC pensando en 2024 o preferirá mantener un discurso cercano al grupo político de la UdeG. ¿Mantendrá equidistancia o tomará partido? Parece lejos el escenario electoral, pero luego del desgaste entre Alfaro y Lemus, estos mensajes tendrán muchas interpretaciones.

La pugna política no se acabará el jueves. Se pierde otra oportunidad de democratizar la relación entre el Gobierno y la UdeG. Siempre he pensado que Raúl Padilla le hizo bien a la Universidad, pero que es tiempo de democratizar la institución y no utilizar a la casa de estudios como pieza de negociación para fortalecer a su grupo político. La Universidad no debería tener dueños. Democracia y meritocracia son claves para la transición universitaria. Ningún liderazgo eterno es de raigambre democrática, sea sindical, político o universitario. Alfaro nos puede caer bien o mal, pero los electores pueden decidir que su partido siga gobernando o que se vayan a su casa. Esa es la esencia de la democracia.

La madre de todas las batallas, el conflicto entre Alfaro y Padilla definirá los equilibrios políticos de Jalisco de cara al futuro.

Enrique Toussaint
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