La andanada de notas negativas que recibimos diariamente nos preocupa y desalienta.
Pero hablando de noticias, no todo fue malo en el 2024. Encontré algunas de ellas sumente positivas, de gran impacto para la humanidad.
Uno de los hitos más destacados fue el desarrollo de una vacuna contra el VIH basada en dos inyecciones anuales, la que mostró una eficacia del 100% en ensayos clínicos en mujeres y adolescentes africanas.
A esto se suma los logros en la lucha contra el Alzheimer impulsada desde México, con el desarrollo de un fármaco que retrasa el progreso de esta enfermedad.
El asma y la diabetes tuvieron avances importantes en su tratamiento, vislumbrándose la luz al final del camino.
La salud pública también celebró la reducción de la mortalidad infantil, que alcanzó sus mínimos históricos..
Asimismo, las nuevas generaciones mostraron un cambio positivo: se registró una significativa disminución en el consumo de alcohol entre jóvenes.
En el ámbito tecnológico, 2024 será recordado como el año en que la supercomputadora “Júpiter” comenzó a operar.
Considerada la más avanzada del mundo, permitirá crear órganos gemelos digitales, réplicas virtuales precisas que revolucionarán la medicina.
Estos modelos ayudarán a los científicos a probar tratamientos, personalizar terapias y acelerar el descubrimiento de curas para enfermedades complejas.
En el ámbito económico, la pobreza extrema a nivel mundial se redujo al 8.6% de la población, marcando una caída significativa respecto al inicio del siglo.
El medio ambiente también fue testigo de logros extraordinarios. Europa superó el 50% de producción de electricidad basada en energías renovables, liderando la transición energética global.
Además, el cierre casi completo del agujero en la capa de ozono destacó como un ejemplo de éxito de la colaboración internacional.
El 2024 nos deja grandes lecciones. A través de la innovación, la empatía y la cooperación, la humanidad sigue encontrando soluciones a problemas históricos.
En un mundo marcado por la guerra, el encono y la intolerancia, noticias como estas mantienen viva la esperanza de que tener un mundo mejor, más justo y sostenible, sí es posible.