“Las palabras son en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo”
Dumbledore (J.K.Rowling,” Harrypotter y los Huecos Mortales”)
-Que amable eres, le dije a un joven de esos (viene viene) que ayudan afuera del súper mercado, una palabra tan profunda que, sin analizar, lanzamos por donde sea. Amable: Que merece o inspira amor, digno de ser amado.
No debería dejar de asombrar el poder de las palabras, palabras antiguas, palabras nuevas, conocidas y desconocidas, todas, aprietan un botón en quien las escucha y cual teclas de piano, mueven, enamoran, paralizan o causan algún efecto.
En la antigüedad que no había teléfonos y mucho menos internet, los filósofos, los artistas, los poetas, etc. dedicaban mucho tiempo a escribir palabras de amor, poemas, novelas, pensamientos, ideas y otros más, palabras escritas, habladas o cantadas para hacer un planteamiento, declarar su amor o la guerra misma.
En la actualidad, poco se escribe a mano, algo en computadora y mucho por mensajes de celular, no obstante, la velocidad de comunicación es cada vez más rápida y poco tiempo hay para usar palabras.
Hoy las frases se abrevian, las palabras se acortan en incluso se sustituyen por emojis, imágenes, fotos, etc.
¿Cuál será el futuro del pensamiento si las palabras comienzan a desaparecer u olvidarse?
Antonio Gramsci, filósofo marxista italiano de finales del siglo XIX hablaba de la lucha por la hegemonía en todos aspectos (comunismo) y para ello hablaba de la asimilación y la conquista ideológica de los intelectuales tradicionales.
Ahora, sin fascismo, sin marxismo, sin ejércitos ni luchas ideológicas, sin presos políticos ni torturas, han bastado, el internet, el WhatsApp, el auto corrector y los emojis para ser derrotados sin gritos, golpes, o una sola bala, nosotros solos estamos matando a la personalidad, perdiendo esa capacidad de reflexión, de pensar, imaginar y crear.
La tecnología, la inmediatez y la falta de rumbo, nos llevan por un torrente que no hace mas que depauperar a nuestra colectividad, el vacío o pobre nivel de las palabras (en el mejor de los casos) sustituidas por emojis, forzosamente tendrán un efecto en la inteligencia y acciones de nuestra futura sociedad.
Si las palabras vienen de nuestros pensamientos, y éstos se nutren a la vez de ellas, ¿que pasará con nuestras conciencias con esta transformación? Mentes alimentadas por mensajes con fragmentos de palabras, cada vez menos y cada vez mas prisa y menos profundidad.
Inclusive se está perdiendo el encanto de regatear u ofrecer las bondades en la compra de un producto, basta un click y aquello que vemos en las tiendas en línea ya es casi nuestro, llegará en un paquete al cabo de unos días.
Te amo, gracias, perdón, alegría, odio, venganza, depresión, luz, oscuridad, pasión, belleza, compasión, pobre, rico, soberbia, humildad, etc. Palabras que detonan una historia, abren un camino o provocan una guerra.
Si como dice Dumbledore (J.K.Rowling) las palabras son una fuente de magia, ¿qué acaso no todos tenemos la energía y capacidad de hacer encantamientos a nuestro alrededor? Cambiar el estado de ánimo de aquellos a quienes amamos, reconciliar una vieja querella, emocionar a nuestra comunidad para hacer algo en conjunto, vender una idea entre muchas otras cosas.
Decretemos, invoquemos y construyamos un alto nivel de diálogo interno y externo, porque es importante, necesario y vale la pena ser amables.
Enrique Espinosa Olivar