Política

Nuestras épocas

“No hay hombre lo suficientemente rico como para comprar su pasado”

Oscar Wilde

Tengo muy presente la nostalgia que me provocaba el Carrusel del Progreso de Disney, una atracción del parque de diversiones donde los espectadores observan una historia contada a través de una familia Audio-Animatronic (una especie de robots) y narra cómo vivían a principios del siglo XX, los años 20´s, 40´s, hasta llegar a la “actualidad”, todo en torno a una familia.

Un tema nostálgico, radica en mis recuerdos personales y la imaginación casi vívida imaginando que de una forma similar vivieron nuestros padres, abuelos, etc.

Observar cada cambio de época, padres, hijos, abuelos y hasta las mascotas, la evolución desde el mobiliario, tecnologías, telecomunicaciones, etc.

¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros mayores decir: “en mi época las cosas eran así, las cosas funcionaban de esta forma e incluso haciendo referencia a sus antepasados y las indicaciones o indicaciones de que sí y qué no”?

He tenido pláticas con mis hijas y he escuchado a jóvenes decir que en sus épocas las cosas están siendo más difíciles que en las nuestras, ganar dinero, adquirir un inmueble, etc.

Tenemos historias e idealizaciones de un pasado del cual, en muchas ocasiones, ni fuimos testigos, ni tuvimos oportunidad de cuestionar, en principio si es que fue más difícil o más sencillo. Hablar del pasado sin mezclar las emociones, el sufrimiento, la lucha, angustias y alegrías, sino simplemente como una narración de hechos consumados, puede deformar la idea del complejo camino que en realidad hubo que recorrer.

Lo que queda claro es que, en la actualidad, cambios tecnológicos y las comunicaciones nos han acercado más información, mucho más (no necesariamente correcta, verdadera ni ética) y han provocado cambios en hábitos ideologías, prácticas y hasta formas de vivir y de convivir más fáciles y más rápidas, aunque no necesariamente mejores.

En el presente, vender o inducir una idea no depende de lo buena que sea, sino de lo popular que se convierta un video o un personaje en las redes sociales. Personas (Influencers), no necesariamente con la mayor experiencia, hablan con gran seguridad de economía, finanzas y política como si su razón fuera la correcta y entonces la audiencia en muchos casos se convence de los argumentos.

No me atrevo a afirmar si el pasado fue mejor, si la vida era más fácil o difícil, si ganar dinero, o si adquirir una propiedad hubiera sido más sencillo; sin embargo, cosas que si puedo afirmar son: México y el mundo en diversas épocas han atravesado expansiones y contracciones económicas, crisis de todo tipo, incluso crediticias.

Después de la crisis económica del 95´, no había créditos hipotecarios ni automotrices, y las tasas de inflación que vivimos eran similares o peores a las de Argentina.

Hoy un joven con algún historial crediticio puede entrar a una tienda departamental y sin mucho esfuerzo, hacerse de un crédito con el cual adquirir desde ropa, electrodomésticos, muebles y quizás hasta un auto. Y con gran facilidad, si cuenta con un empleo puede acceder a un crédito hipotecario.

Las tecnologías han cambiado, la velocidad del dinero y las de las comunicaciones, sin embargo, algo que creo que es mucho más profundo que lo anterior es que lo que estamos viviendo no es únicamente una época de cambio, sino que ahora sí nos está tocando vivir un cambio de época.

Aquel carrusel del progreso que Disney fue actualizando década con década, en nuestra actualidad pareciera algo ajeno. La sociedad, no solo ha modificado sus gustos y hábitos, sino incluso la estructura social que nos adhiere como comunidad.

La evolución y cambios nos acercan a la salud, nos facilitan y acercan bienes y satisfactores a velocidades que en el pasado jamás se hubieran ni siquiera soñado; sin embargo, este cambio de época está provocando soledad, estrés social, desintegración familiar y falta de interés en siquiera crear una y de religión ni hablar.

En mis épocas había cosas fáciles y también difíciles, había algunas satisfacciones y también muchas frustraciones. Considero que mi época es maravillosa y agradezco el esfuerzo lucha de quienes me antecedieron ya que, gracias a ellos, tengo la oportunidad de existir, de vivir y de tener una familia que amo y con quienes siempre trataré de mantenerme en época para que ese carrusel del progreso de mi vida no me deje en una estación del pasado y para poderme preparar y abrazar lo que el futuro me depare.

Les deseo a todos una muy feliz Navidad, lo mejor para el próximo año 2024 y espero que seamos capaces de hacer que nuestra época, la que nos tocó vivir, sea la mejor, hasta el momento en que dejemos de existir.


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Enrique Espinosa Olivar
  • Enrique Espinosa Olivar
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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