Política

Derecho al silencio

“Si hubiera un poco más de silencio, si todos guardáramos silencio… tal vez podríamos entender algo”

Federico Fellini

Luego de una pandemia que duró alrededor de 2 años, donde el tiempo se detuvo y nos liberamos hasta del ruido de los aviones que dejaron de surcar el cielo, no por gusto, sino por necesidad, además de un alto total de todo, después de un confinamiento absoluto, la humanidad ha vuelto al bullicio.

Jimena de Gortari, coordinadora institucional de investigación de la Universidad Iberoamericana plantea que, durante la pandemia, el ruido de la ciudad disminuyó entre cinco y ocho decibeles.

Ausencia de sonidos, disminución de la actividad, el confinamiento y la reducción en la movilidad nos transportaron a un mundo que difícilmente volveremos a visitar en nuestras vidas.

El pánico y la incertidumbre a la que nos enfrentamos ante un reto desconocido por el ser humano nos convertía en héroes y aventureros al realizar actividades como ir al supermercado o a cualquier lugar donde hubiera gente.

La neurótica necesidad de hacer, de viajar, de moverse, de reuniones masivas, asistir a conciertos, etc. han vuelto y con más fuerza que antes.

Valdría la pena reflexionar y darnos cuenta de que aquel silencio obligado, aquellos momentos de soledad y aislamiento, no nos hicieron tanto daño como pareciera, e incluso, nos pudieron regalar un aprendizaje.

No pasa nada si el mundo se detiene, si el ruido desaparece y si la convivencia se reduce y si algo sucedió, quizá hasta haya sido para nuestro bien.

La pandemia nos unificó en torno a un enemigo en común a vencer, invisible y letal, por un lado, un virus y por otro a encontrarnos con nosotros mismos, aprender a sobrevivir en soledad y silencio. Nos recordó que somos mortales, pero también que tenemos derecho al silencio y a la soledad donde se encuentran muchas cosas en nuestro interior.

En las obras maestras de la música, en el recogimiento y en la lectura hay silencios, pero ninguno como el que nos regaló el encierro al que fuimos obligados.

Aprovechemos pues, todo aquel momento que tengamos para disfrutar y recordar esa etapa de aislamiento obligado y entonces, aún en el ruido, podamos encontrar un silencio interior que nos permita entender, aprender y comprender.

Enrique Espinosa Olivar
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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