Marzo del 2020 nos cambió como sociedad y cambió nuestra realidad; las escuelas cerraron por la pandemia y, con ello, el gobierno mexicano tuvo que buscar alternativas para que las niñas, niños y adolescentes aprendieran a toda costa, a cualquier costo; el pasado lunes se esperaba un retorno masivo a los planteles, aulas llenas y tráfico descomunal.
En términos generales, los números fueron superiores a los estimados por el gobernador Samuel García y su equipo: 95.12 por ciento de escuelas abiertas; 97.19 por ciento de profesores en aulas y 81.58 por ciento del alumnado volvió.
Es prematuro saber cuántos de los más de 192 mil alumnos que no regresaron a las aulas fue por orfandad; en Nuevo León más de 15 mil 900 personas han muerto. Madres, padres o abuelos de niñas, niños y jóvenes fallecieron a causa del covid, alguno o todos eran los principales cuidadores de los menores.
Ayer, Sofialeticia Morales Garza, responsable de la Educación en el estado, señalaba el enorme costo social de esas pérdidas; 18.42 por ciento, ellos, los menores, son quienes se enfrentan inesperadamente a una situación que marcó sus vidas: “Las jóvenes y niñas están cuidando a sus hermanos menores, siendo cabeza de familia en la casa”.
La pandemia y sus efectos colocó a muchas y muchos ante la disyuntiva entre seguir estudiando o abandonar la escuela.
Si el estado no atiende de manera sistemática, anticipada e integral, la orfandad podría convertirse en el obstáculo de su vida.
Con datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, en el año 2020 (prepandemia), el 78.3% de la población urbana y el 50.4% de la población de zona rural tenían acceso a internet, no todos tuvieron la oportunidad de seguir estudiando.
El esfuerzo de quienes lo perdieron todo debería ser correspondido, Morales Garza dijo que hay recursos para becar a quienes por carencias económicas habrían abandonado los planteles. El gobierno federal otorga la beca Benito Juárez a todo aquel estudiante que necesite: 840 pesos para mitigar la pobreza, el abandono u orfandad.
Cada desventaja creada por las circunstancias es una oportunidad; es aquí quizá el punto de inflexión para que se termine la retórica, hay muchos pendientes y urge trabajar rumbo a la nueva normalidad, aún no sabemos el nivel de orfandad que resultó de la pandemia.
@enriqueburgosv