Política

El cambio viene de abajo hacia arriba

El contexto actual, en que más de 110 mil homicidios han sido reportados de 2018 a la fecha, con una tendencia a la violencia exacerbada que supera los 15 mil sólo en el primer trimestre del año y una población de 9.1 millones de personas en pobreza extrema (CONEVAL 2022); nos reclama acción.

La presencia fuerte y constante de grupos criminales, un clima político polarizado al extremo, una fuerza de oposición fragmentada y una sociedad civil con poca participación se asoma ante un próximo cambio de gobierno que puede ser determinante para el país.

Nos encontramos pues en el momento propicio para recapacitar qué elementos son los más urgentes por recuperar para cambiar el rumbo de un México que ya no queremos porque nos asusta.

De entre ellos, la solidaridad puede ser un buen detonante de otros más.

Más allá de los usos políticos que se le han dado al término, si buscamos algunas definiciones encontraremos elementos que pueden articularla mejor.

Por ejemplo, solidaridad es una relación entre iguales que supera formas de altruismo, paternalismo o filantropía porque no busca subsanar compromisos incumplidos o indiferencias ancestrales, sólo busca el bien común.

Requiere una condición previa que es el reconocimiento de que somos naturalmente seres en relación y que de esto se desprende que tenemos una responsabilidad los unos con otros. No pueden darnos igual los desaparecidos del país, mientras que no sean mis desaparecidos.

Bajo la premisa de saber que hay un lazo comunitario que nos pone en relación a unos con otros y que, por lo tanto, nos coloca en un plano de interconexión, el tener una vida digna no es tarea de alguien más sino de cada uno de nosotros.

La solidaridad asume no sólo el anhelo de bien común sino lo que lo hace posible, esto es el reconocimiento e implicación en la conservación de aquello que es de todos y para todos común: la vida, la seguridad, la salud, los bienes que permiten una vida digna: alimentación, acceso al agua potable, educación, etcétera.

En el contexto social desgarrado que estamos viviendo, sumarnos a iniciativas que faciliten procesos de reflexión como la que se llevó a cabo con el Diálogo Nacional por la Paz es, no sólo es interesante sino obligatorio. Ya no podemos esperar pasivamente a que las autoridades nos digan qué hacer o nos propongan planes que nunca llegan a ejecutarse, la sociedad civil organizada debe asumir el control de reconstruirnos y de marcar la agenda de los temas que nos son prioritarios. Nuestra mejor estrategia es desde la base, desde ahí, estamos llamados a cuidarnos y a cuidar a México.


Google news logo
Síguenos en
Elizabeth de los Ríos Uriarte
  • Elizabeth de los Ríos Uriarte
  • Profesora investigadora de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac México
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.