Las camionetas abrieron paso para el encuentro.
Estacionadas, flanquearon la escena que se llevó a cabo en su territorio.
López Obrador caminó hacia uno de los vehículos blancos. Ahí se encontraba la señora.
—Te saludo, no te bajes —le comentó Andrés Manuel.
Estiró el brazo y estrechó la mano de la madre de Joaquín El Chapo Guzmán.
Recalcó:
—Sí, sí, sí, ya recibí tu carta.
Le hizo un gesto de despedida y se retiró.
Era 29 de marzo. Coincidió la fecha con el cumpleaños de Ovidio Guzmán, quien meses antes fue liberado tras el operativo fallido en Culiacán.
El abogado de Guzmán Loera tocó el hombro de AMLO y le dijo algo, mientras lo acompañaba a su paso.
Se encendieron las trocas.
Las redes, también.
A quienes consignaron el hecho (sin opinión alguna, simplemente mostrando el video de la gira) los troles que se dicen pro gobierno insultaron. Falsamente, difundieron que se trataba de una “fake news”.
En la noche, no quiso hablar del tema. Manifestó que lo haría en la conferencia mañanera. Así sucedió. Habló del encuentro que sí sostuvo.
“La peste funesta es la corrupción, no un adulto mayor que merece todo mi respeto, independientemente de quién sea su hijo”, apuntó.
La más reciente misiva enviada por María Consuelo Loera al titular del Ejecutivo federal comienza con un “estimado hermano en Cristo”. Tiene fecha del 20 de marzo de 2020. Y ahí expresa que sus abogados están en contacto directo con quienes el Presidente asignó para la repatriación de su hijo: la secretaria de Gobernación, el de Relaciones Exteriores, el de Hacienda y el fiscal general. Y señala que desea insistirle sobre su apoyo para visitar a El Chapo.
Así la información, pura y dura. Así la realidad mexicana.
Y así el silencio de las autoridades de lo que realmente ocurre.
Para colmo, en medio de la pandemia del coronavirus.
Aquí, entre nos…
Las pillería del subalterno de Felipe Calderón, García Luna, y su posible próxima condena como colaborador del cártel de Sinaloa no exime a López Obrador de sus acercamientos con la mamá del poderoso delincuente y la comitiva del crimen organizado que la acompaña.
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