Andrés Manuel López Obrador dio un espaldarazo a Manuel Bartlett en diciembre de 2019. Así quedará registrado.
Luego del reportaje de Arelí Quintero sobre los hijos y la pareja de Bartlett, Julia Abdala, quienes adquirieron, no uno ni dos ni tres ni cuatro ni cinco ni seis ni siete ni ocho... sino 25 inmuebles millonarios, Andrés Manuel arropó a su funcionario.
Antes de que iniciara cualquier pesquisa, tiró línea a sus subalternos. Dijo en una conferencia mañanera, a mediados de septiembre, que el director de la CFE lo ayuda mucho.
La Secretaría de la Función Pública concluyó que, como Abdala no es esposa ni concubina del político (solo mantienen relación formal desde hace más de 20 años), el titular de la Comisión Federal de Electricidad no cometió irregularidad alguna al omitir las casas en su declaración.
Tan saben que esto es una burla, que la propia Irma Eréndira informó que a partir de 2020 deberán publicitarse todos los bienes, estén o no casados, vivan o no en concubinato.
Aunque se confirmó la existencia de los departamentos de lujo, terrenos y residencias, el ex salinista, hoy obradorista, libró la sanción administrativa de la SFP. Faltan las averiguaciones más serias y profundas, las que pueden derivar en delitos, las que contemplan el origen de los recursos, prestanombres, círculos cercanos, etcétera.
Hay dos instituciones clave para ello: una, nuevamente del Ejecutivo federal, la UIF de Hacienda, cuyo titular es Santiago Nieto. Y otra, constitucionalmente autónoma, la Fiscalía General de la República, encabezada por Alejandro Gertz Manero.
En cuanto a la primera, AMLO invitó el fin de semana a Nieto. Uno de los personajes de la gira fue Bartlett. Más pronto que tarde, el mandatario los fotografió y los subió a sus redes. Quedaron plasmados, juntitos, Manuel y quien tendría que indagarlo, Santiago. Un burdo, pero contundente mensaje presidencial.
Queda la FGR. Veremos que tan autónoma es. Por lo pronto, cuenta con María de la Luz Mijangos, una fiscal anticorrupción que, en una de esas, nos da la sorpresa. Sin tanta promoción, ni tanto presupuesto, podría convertirse en la mujer que combata la lacerante impunidad.
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