Hidalgo se encuentra a la vanguardia en sus programas de inclusión, con la puesta en marcha de diferentes programas, que buscan establecer a través de la Secretaría de Bienestar e Inclusión Social y otras dependencias del gabinete estatal.
Ello con la perspectiva de que se incluya en los programas de inclusión no sólo a las personas con algún tipo de deficiencia ya se física, mental o sensorial, sino aquellos que tengan cualquier problema de movilidad, aunque sea temporal, con uso de muletas u otros aditamentos; discapacidad por edad avanzada o que sean de complexión grande o pequeña, sin discriminación de sexo o raza.
En 2020, las principales discapacidades presentes en la población de Hidalgo fueron discapacidad física (3.56k personas), discapacidad visual (2.88k personas) y discapacidad auditiva (1.43k personas); sin embargo, hay otras limitantes mentales, intelectuales o sensoriales que requieren atención de los programas de apoyo social.
Además, derivado de que Hidalgo es un importante polo turístico en México, en donde en el primer semestre de 2023 llegaron más de un millón de turistas, el gobierno estatal busca establecer mejores condiciones para recibir a los viajeros, sobre todo a quienes padecen discapacidades motrices, visuales o auditivas, a través de talleres de capacitación con los prestadores de servicios turísticos en materia de inclusión, movilidad, turismo accesible, braille, lenguaje de señas, aprendizaje de idiomas y lenguas.
En los programas de mejoramiento urbano se prevé ampliar las zonas de rampas, accesos y lugares de estacionamiento libres para discapacitados, así como ampliar la señalética no sólo en zonas turísticas sino en las calles por donde se moviliza la ciudadanía.
También se debe tomar en cuenta que hay personas de talla muy grande y no puede movilizarse en espacios pequeños o sentarse en sillas chicas, todos esos detalles se deben considerar para el bienestar social.
El objetivo es facilitar y eliminar barreras del entorno que limiten la participación de hidalguenses, visitantes y turistas en su movilidad por el estado, en sus viajes, permanencia en alojamientos, consumo en restaurantes y otros servicios.
Además el lenguaje mismo debe ser inclusivo, pues toda la comunidad, tanto nacionales como extranjeros, poseen la garantía de sus derechos humanos y no deben ser discriminados ni excluidos. Por ello, debe haber capacitación en idiomas y lenguas, como náhuatl u otomí, y sustituirse los términos discriminatorios o despectivos.
De igual forma, desde el Congreso se apoyó la reglamentación para que ninguna persona que requiera de un “animal de apoyo emocional” sea limitada para ingresar a un sitio público con su perro, ya sea por discapacidad visual o por algún otro limitante en el que requiera la guía o permanencia de un can de asistencia.
Hidalgo sin duda avanza a la par de la capital del país, con el apoyo federal para dar una mejor atención a los sectores más vulnerables que en otras épocas fueron ignorados, ya sea por apatía o por la terrible corrupción que tanto daño causó al país. El estado va por buen camino con esta nueva política social de inclusión social.