Al igual que con los partidos que perdieron en las urnas el domingo pasado, como el PRI, PAN y PRD, en los que ya hay al menos el inicio o amago de un análisis y reflexión sobre lo ocurrido y donde se espera que tomen acciones, empezando por las dirigencias, en Morena también debe haber un momento de evaluación.
Sí, se ganó como nunca antes. La era del PRI termina, pero no fue algo sorpresivo, se tenía previsto desde mucho tiempo atrás, pero no se terminaba de creerlo, incluso por los propios morenistas que comenzaron jugando chueco el proceso.
Hoy, con la victoria en las bolsas, todos son Menchaquistas, pero apenas a inicios del año, promovieron e impulsaron a otros perfiles para abanderar la candidatura. ¿Ya se les olvidó?
Recuerdo aquella sesión poco transparente del Consejo Estatal del partido, convocada para enviar a la dirigencia nacional “las propuestas” para la candidatura al gobierno.
Ahí estaban la presidenta de Morena, Sandra Alicia Ordóñez, Andrés Caballero, el secretario del partido Sergio García, ediles como Luis Enrique Cadena, diputadas como Lisset Marcelino, Martín Sandoval y aprendices como Carlos Mendoza.
Grupos que dieron 17, 18 o hasta 20 votos para Francisco Xavier Berganza para que fuera el candidato al gobierno, o para que fuera Abraham Mendoza, el delegado del Bienestar.
¿Cómo hubiera sido el resultado de la votación con dichas propuestas?
La realidad es que el carro guinda ya estaba muy aventajado por la popularidad del presidente López Obrador, sin embargo, se sabía que no sería lo mismo y parte del éxito dependía de la correcta elección del candidato. Ya que Morena ha ganado la elección en Hidalgo, no caería mal una renovada en el partido, en donde se sometan a escrutinio sus principales actores políticos, ya fuera de campaña, y se rindan cuentas por lo cometido.
Eduardo González
Twitter: @laloflu