Hidalgo le sigue apostando al turismo como pilar para la reactivación económica y para ello se han dispuesto diversas estrategias que no contemplan una tercera ola de covid.
Es decir, nadie en el mundo está esperando que ocurra una desgracia, ni que siga cobrando vidas la pandemia; sin embargo, la dinámica poblacional y su mezcla con la actividad turística resulta un dilema para los encargados de la salud pública.
No es secreto que en muchos estados del país los gobiernos locales se opusieron a que reabrieran playas, centros para visitantes, bosques y todas las áreas comerciales, pero también es una verdad que la crisis económica ya era insostenible para el sector productivo del país.
En Hidalgo, los más afectados por el confinamiento –todos lo estuvimos-, fueron los balnearios, los Pueblos Mágicos, los hoteles, los prestadores de servicios en zonas turísticas, los alquileres de cabañas, las cocinas tradicionales, las muestras y ferias de todo tipo, las propias fechas patronales en iglesias que tanto convocan al pueblo, en fin, hasta la propia Feria de San Francisco y las más importantes de municipios como Tulancingo, Actopan y muchas más.
El covid y sus variantes, la vacunación, la falta de más datos científicos sobre el futuro de la pandemia, hacen que los movimientos sean cautelosos pero firmes.
Uno de ellos es el que realiza la Secretaría de Turismo a cargo de Eduardo Baños, con la de Salud a cargo de Alejandro Benítez, dos sectores que deben fusionarse para poder ser la base de la reactivación económica.
Hay supervisión de espacios, certificación, capacitación y vigilancia para hacer destinos seguros, o safe travels, un paso que debe ir más allá de las medidas tradicionales de prevención y que debe permitir a Hidalgo poder estar a la altura de cualquier punto para turistas de México y el mundo.
Eduardo González
