La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que ayer dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reveló que Hidalgo sigue teniendo un porcentaje alto de informalidad laboral con 70.7 por ciento.
De acuerdo con Inegi, los datos son los obtenidos en el primer trimestre de este año, siendo esta una tasa menor a la presentada en el mismo trimestre de 2020 que fue de 73.5 por ciento.
Lo anterior se suma a la tasa de desocupación en el estado, misma que aumentó 2.2 puntos porcentuales al pasar de 1.9 por ciento a 4 por ciento a nivel estatal.
¿Cómo entendemos dicha medición en el contexto actual?, no son indicadores alarmantes los de Hidalgo, sin embargo, el freno a la competitividad, producto de la pandemia y la posterior crisis económica, afectó ya a las clases trabajadoras. Los datos muestran que en Hidalgo, la recesión ha pegado más a quienes ganan de 1 a 2 salarios mínimos, sector en el que se registra la mayor pérdida de empleos también. Y no es difícil deducirlo, con el confinamiento y el cierre de establecimientos, muchos ya no fueron recontratados o requeridos y hasta este año que volvieron a abrir espacios, algunos solamente regresaron a sus puestos de trabajo, el resto no. Para darnos una idea, la población ocupada en Hidalgo es de un millón 229 mil de personas, de las casi 3 millones que hay en la entidad, reportando una disminución de 81 mil trabajadores.
Hay que tomar con mesura dicha medición de Inegi, pero no se debe echar en saco roto, el diagnóstico preliminar que se presenta donde es claro que se requieren fuentes de trabajo, mayor formalidad, proyectos productivos, apoyo a pymes y todo lo que se venía realizando desde 2016 hasta antes de la pandemia.
Eduardo González
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