Las emisiones de dióxido de carbono resultado de la quema de combustibles fósiles son el principal contaminante del planeta y también representan el motor de toda la producción energética mundial. México no es ni por mucho el país con más emisiones por carbón, gas natural, petróleo y sus derivados, pero sí está en el sitio 12 de acuerdo al propio gobierno de Estados Unidos.
Luego del debate energético producto del desabasto de gas natural en el país, que provocó apagones y cortes de luz en todo el territorio causando paros en industria, falta de agua y pérdidas millonarias, se piensa que lo mejor es no depender del insumo proveniente del país vecino del norte.
Para ello las autoridades piden desde que “ahorremos” luz, hasta que se piense en términos como soberanía energética. Algo parecido a la expropiación petrolera de 1938 pero para poder tener nuestro propio abasto y reserva para evitar que nos bajen el switch cuando sucedan fenómenos como las nevadas en Texas. Para hablar de soberanía energética se tiene que empezar diciendo que no hay ningún país del mundo que pueda acuñar dicho concepto, pues todos se mueven con combustibles.
Alemania, del que tanto se presume y se pone como ejemplo, quema casi el doble de lo que hace México cada año, ni que decir de China y el propio Estados Unidos. Apostarle de lleno a la energía renovable o sustentable tampoco es la solución pues precisamente el gas natural es el que tanta falta hace en estos momentos en los que se busca suministro de urgencia. ¿De qué creen que está viviendo en estos momentos la India, Japón o Corea del Sur?, no precisamente de energía solar o gas natural. Seamos reflexivos pero con inteligencia y comprensión para entender que en temas así no hay nada nuevo bajo el Sol. La CFE está quemando combustóleo para dar el servicio, al igual que las compañías privadas de Europa y Asia, por lo que la meta de reducir las emisiones parece estar muy lejos.
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