En el convenio de alianza de Va por México, que incluye al PRI, PAN y PRD, y que fue registrado los últimos días de 2021 en Hidalgo, se especifica que para la candidatura de los partidos se coincidió en elegir a una persona que sea competitiva, además que cuente “con gran experiencia”. En el mismo escrito que se elaboró en la Ciudad de México y se envió al Instituto Estatal Electoral, se indica que se dará la oportunidad de que, en una convocatoria abierta, las y los militantes puedan registrarse para participar en dicho proceso. Hasta ahora, ninguno de los tres partidos involucrados han difundido o emitido en el estado, las bases o acuerdos por el que abren el proceso interno para que se registren en la contienda, por lo que oficialmente nadie tiene a un candidato o candidata.
Lo curioso es que dentro del PRI en Hidalgo, luego de la intempestiva semana final de 2021 en la que el gobernador Omar Fayad y el dirigente nacional de su partido, Alejandro Moreno, mostraran sus diferencias públicamente en redes sociales, la situación no está para convocar a la unidad y sacar a un aspirante a la gubernatura. Hacerlo por la vía del PAN, tampoco es un proceso muy ortodoxo y no será parte de un camino fácil de digerir, ni mucho menos será parte de una cronología que quieran recordar los involucrados en el camino a Palacio de Gobierno. Es raro que el PRI no tenga un abanderado apuntalado ya en este inicio del año de la sucesión, y el futuro de la candidatura parece que dependerá más de los acuerdos que logren al resolver las diferencias entre cabezas de grupos políticos. Quien piense que ya uno u otro están fuera de la contienda, poco o nada está entendiendo de por qué se quemaron las naves tan tempranamente en esta contienda.
Eduardo González
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