Integrantes del denominado Movimiento Ambientalista para la Sierra Hidalguense que mantienen bloqueado uno de los accesos de la empresa minera Autlán en el municipio de Molango, presionan y no parecen querer darle solución a un tema que comenzó con una supuesta bandera ambiental pero que ya es de carácter político.
El pasado martes 15 de octubre en la delegación municipal de Chiconcoac, municipio de Lolotla, la empresa minera Autlán informó que sus representantes acudieron al lugar con la voluntad de seguir con el diálogo para desbloquear la protesta que mantienen personajes externos, no trabajadores de la minera ni pobladores de la zona, que mantiene cerrado uno de los accesos de sus unidades de extracción.
Lo anterior comieza a pegar poco a poco a la operación de la compañía que da empleo a casi mil personas que se han asentado en Molango con sus familias, actividad que también genera de dos a tres mil empleos indirectos.
Tras siete horas, los representantes de la empresa acordaron entre ellos levantarse de la mesa cuando percibieron que había un ambiente de exigencia para satisfacer un pliego de demandas, las cuales califican de “irrealizables para cualquier empresa o institución pública”.
Entre dichas demandas, se incluyen la construcción de viviendas para todas las familias de varias comunidades, así como de edificaciones varias; subsidios y pagos de luz y gas para toda la vida; construcción de drenajes sanitarios; o, incluso, el cierre de la mina.
En el tema surgen cuestionamientos como ¿por qué si Autlán lleva más de medio siglo de operaciones, con permisos federales, se inicia una protesta de tal índole, en este momento?, ¿por qué son ayudados de forma considerable por el propio superdelegado Abraham Mendoza y sus enlaces políticos?, ¿qué interés real hay en obtener dividendos para la región de cinco municipios de la sierra?, o es que representan un atractivo botín político de voto indígena para el siguiente año.
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