El Valle del Mezquital es, sin duda, la zona de mayor conflicto social y político de Hidalgo, no de ahorita, sino de hace mucho tiempo.
Por generaciones el tema siempre ha sido el mismo: obra pública, apoyos sociales, presupuesto para los municipios, lucha por el control de los territorios, entre otros factores que influyen en la brecha de desigualdad que persiste.
Sin embargo, la política ha venido a descontrolar más las cosas, contrario a lo que se ha pedido por muchos años. Partidos y candidatos han ofrecido ser los puentes para tener una mejor relación entre las poblaciones y el gobierno, pero nada ha podido resolverse.
En cada periodo, cada tres años, cada sexenio, surgen nuevas protestas, más reclamos, peleas que terminan en pérdida de vidas, y afectación en general a sociedad y zonas aledañas. En esta ocasión continúa el tema de San Salvador, antes fue Ixmiquilpan, mucho antes Santiago de Anaya, Actopan, otras veces los sitios cercanos a la región de Tula como Tlahuelilpan, Progreso de Obregón, mucho antes Mixquiahuala y Francisco I. Madero, vaya, siempre ha sido una región con alta demanda social para su población.
Ayer los pobladores de San Salvador continuaron con su protesta en demanda de cumplimiento de obras y acciones no solo del gobierno estatal sino de su propio municipio, algo que además resulta riesgoso pues se señala al propio edil Armando Azpeitia de incentivar este tipo de bloqueos a carreteras, marchas a Pachuca y otras acciones colectivas. Sin embargo, puede que en algún momento se le vuelva a Azpeitia la propia gente de su municipio, pues también demandan servicios y seguridad; no son islas, son demarcaciones que dependen de un primer contacto en gobierno que es el ayuntamiento. Si no hay atención, es obvio que habrá inconformidad.
Eduardo González
Twitter: @laloflu