Los llamados a cerrar filas en los partidos que buscan posicionar a sus aspirantes para la candidatura al gobierno de Hidalgo en 2022, han provocado más enredos que rutas de unidad. Y es que con la carrera a todo lo que da por ganar en todas las encuestas internas y mediciones, se hace y se dice hasta lo impensable, como que le piden a unos llevar porras para ver cómo está otro y así.
También, el andar por todo el estado repartiendo tarjetas e invitaciones a pláticas y diálogos infructuosos con la población no parece ser más que una pérdida de tiempo para la toma de decisión al interior de los partidos.
Nadie sabe realmente para quién está trabajando el o la que aspira al gobierno. Nadie tampoco ha presentado un plan serio de trabajo en busca del propósito de conseguir una aspiración legítima, que en otras latitudes, democracias más robustecidas, ya deberían haber presentado licencias, anunciar sus intenciones y definir sus planteamientos de trabajo.
El evitar caer en evidencia sobre las aspiraciones no hace más que enredar las cosas ante la ciudadanía, pues de todos es sabido quiénes son los que buscan el cargo el siguiente año.
Los tiempos también van cambiando con la llamada cuarta transformación y por ende en los estados donde habrá procesos el siguiente año, se debe adoptar el mismo mecanismo de selección en donde ya a estas alturas hablar de querer ser es una estrategia mal planteada.
Al pueblo se le habla de frente y con esa sinceridad de querer gobernar y administrar los recursos para buscar una mejora en la calidad de vida, es como se debe enfrentar el tema de las candidaturas. Sin embargo, como se ha anticipado, la decisión se alargará y se alargará hasta generar más incertidumbre la noche previa de los registros.
Twitter: @laloflu
