Anoche el sancionado y siempre polémico Gerardo Fernández Noroña, actual diputado federal del PT, y reconvenido -pues así lo ratificó ayer la Sala Toluca del Trife- por actos de inequidad durante las campañas de la elección municipal en Hidalgo hace unos meses, reveló que tras una reunión con las dirigencias nacionales de Morena y su partido se acordó ir juntos en 299 distritos para el Congreso de la Unión.
Actualmente Morena y PT tienen una “fuerza” aparente en la Cámara de Diputados federal, con 297 curules que en teoría deberían funcionar en bloque, pero no es así; de igual forma se les considera la mayoría porque trabajan la agenda de temas de la famosa 4T.
La estrategia que revela Noroña entre líneas es peculiar, porque de entrada ya no toma en cuenta lo que puedan o quieran hacer el resto de los aliados de dicha mancuerna. Me refiero al Partido Verde, que para bien o para mal, es un sector afín al Presidente.
También está en el caso de Hidalgo lo que queda de Nueva Alianza como instituto local, que como sea representan al magisterio de la Sección 15 del SNTE en el estado, con la nada despreciable cifra de al menos los 45 mil a 50 mil votos que regularmente ofrecen los maestros en la política de la entidad.
La alianza entonces, de Mario Delgado, morenista que no entiende o se hace el que no entiende el tema de Hidalgo, con el profesor Alberto Anaya, quien sí entiende el escenario de Hidalgo y hasta vino a pactar con Grupo Universidad en 2019 y 2020, podría venir a complicar los planes de la dirigencia tolteca de Morena, con Sandra Alicia Ordóñez que es de Tizayuca, pero que está a las órdenes de la coordinación de Abraham Mendoza, el delegado de los programas federales, y de Andrés Caballero, el presidente del Consejo Estatal, pues tendrán que priorizar al PT antes que a otra fuerza en sus candidaturas. De lo contrario los vendrá a regañar Fernández Noroña.
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