En septiembre de 2016, recién llegado al Poder Ejecutivo el gobernador Omar Fayad Meneses, se designó a Benjamín Rico Moreno como secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo.
La dependencia, hasta entonces la de más reciente creación en la administración estatal, pasaba desapercibida entre eventos escolares, paseos ecológicos, discretas redes sociales, así como pocas o nulas revisiones o supervisiones.
La transición de hacer una Semarnat estatal alejada del enfoque de Obras Públicas o de Planeación y Desarrollo Metropolitano, fue parte no solo de los trabajos de reingeniería que comenzó Fayad Meneses desde que ganó la elección en 2016, sino que ahora rinden frutos con los resultados a la vista y compromisos adquiridos por iniciativa privada y público en general.
En lo que va del año, la Secretaría de Medio y Recursos Naturales del estado de Hidalgo a través de las direcciones Jurídica y Normatividad Ambiental han realizado visitas de inspección y suspensiones a empresas y establecimientos. Tan solo en Pachuca se han efectuado 43 suspensiones por incumplir con sus obligaciones ambientales.
Ahí tenemos los casos de plazas comerciales con construcciones detenidas, fraccionamientos que están permanentemente bajo la lupa, proyectos pendientes por su trámite de impacto ambiental, cuestiones que han llevado al titular de Semarnat de Hidalgo y a empresarios a comprometerse para el cumplimiento de una verdadera normatividad en el ramo.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se denomina como Economía Verde a aquella que da lugar al mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, mientras que se reducen significativamente los riesgos medioambientales y la escases ecológica.
Al parecer ese es uno de los propósitos en Hidalgo; que se genere inversión e industria, desarrollo y empleos, pero todo bajo un control de emisiones, de menos generación de desechos y sobre todo de cuidado al entorno.
En días pasados, como parte del Operativo Aire Limpio de la propia dependencia, se conminó a diversos grupos organizados de camioneros y terraceros que trabajan en construcciones en la capital del estado a que suspendieran sus actividades por considerar que sus unidades no están controlando el nivel de contaminantes que emanan; apenas a inicios de mes, se transparentó la apertura de un verificentro para la Huasteca, zona donde ya es una demanda social, y así no podemos seguir con las acciones que se han implementado.
La cuestión aquí es que tanto gobierno como IP parecen haber entendido la situación real de lo que implica el trabajo para cuidar la ecología de las ciudades, la recolección de la basura, la disposición de los desechos, la supervisión de las industrias, el crecimiento sostenido y emparejado a una política del cuidado para las nuevas generaciones, algo que se agradecerá y por mucho en unos años en Hidalgo.