La lucha por la dirigencia estatal de Morena ha comenzado y ahora de los 70 consejeros que se eligieron el fin de semana pasado, tendrán que salir algunas de las propuestas para que se renueve la presidencia del partido en la entidad.
Y es que con la llegada del gobierno de Julio Menchaca a partir del 5 de septiembre, prácticamente a un mes, se tiene que convertir al movimiento obradorista en una fuerza política que no solo predomine en todos los municipios, sino que represente a la llamada 4T y al gobernador en turno.
Es decir, Morena en Hidalgo no debe ser contrapeso ni bloque en contra, ni mucho menos un obstáculo para Julio Menchaca y su gabinete. ¿Se imaginan al PRI estatal siendo la oposición del actual gobernador? ¿o al PAN de la época de Yoli Tellería en Pachuca estando en contra de su alcaldesa?
No es suficiente con decir que no es de izquierda ser institucional, cuando el propio presidente López Obrador pide antes que cualquier cosa lealtad a su proyecto de nación.
Hidalgo es parte de ese proyecto y por ello en Morena debe haber una refundación en la que se dejen de lado las posturas personales y de grupos políticos, como el que siempre ha estado por encima de todas las decisiones.
Nombres como Luis Enrique Cadena, Abraham Mendoza, Andrés Caballero, quienes ya se sirvieron por muchos años de Morena en el estado, deben demostrar que en verdad les interesa la 4T y el beneficio social que dicen tanto defender, para que pasen los nombres del gobernador electo Julio Menchaca, pues es claro que ellos no son los que lo apoyaron en campaña.
El próximo mandatario debe colocar las piezas adecuadas en los sitios indicados y con ello estará ganando tiempo en su bono democrático, sobre todo se estará evitando problemas al no tener personajes que en lugar de sumar le resten.
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