A ocho meses de la pandemia en Hidalgo y México, las cifras económicas ofrecen un panorama complicado debido a las medidas que se han tomado en la contingencia sanitaria y que han provocado pérdida de empleos y menos población ocupada.
Ni siquiera en la informalidad se han visto reflejados buenos números y no hay sector que se salve de ser víctima de la caída económica del 2020.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi que se dio a conocer ayer, nos presenta que en Hidalgo hay un millón 198 mil 963 personas en el rango de ocupación; sin embargo, de ese total el 73.8 por ciento se encuentra en la informalidad y de ese universo, casi un 40 por ciento trabaja de lleno en la informalidad.
Lo anterior tiene dos lecturas, la primera es que se sigue generando actividad económica y ocupación laboral en Hidalgo pese a las condiciones de la pandemia y la crisis; y la segunda que no se trata de actividades permanentes o que garanticen un nivel de vida estable para la población, pues la mayoría son comerciantes o locatarios que dependen de las ventas y el flujo de dinero en las principales ciudades del estado. En nivel de desocupación, las tasas más altas las reportaron los estados de Quintana Roo con 10 por ciento, Querétaro con 8.2 y la Ciudad de México con 8 por ciento. En contraste, las tasas más bajas en este indicador se reportaron en Michoacán de Ocampo con 2.5, Baja California, Morelos y Veracruz con 2.8 por ciento, cada una. Hidalgo se mantiene con un 3.3 por ciento general, a la mitad de las estadísticas. El tema ya es una prioridad nacional y se requiere que tanto gobierno federal, estatal y los próximos poderes municipales que entrarán el 15 de diciembre en Hidalgo, se concentren en generar estrategias con la iniciativa privada que rescaten al sector laboral.
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