Este año no ha sido bueno con casi ningún sector de la economía estatal, pero hay grupos que están por sentir los efectos de la recesión como el de los cebaderos.
Hidalgo es el segundo productor de cebada a nivel nacional con 249 mil 901 toneladas lo que genera una remuneración para los más de 15 mil productores de una cifra por encima de los mil millones de pesos al año, de acuerdo con cifras del gobierno federal.
En 2018, la Secretaría de Agricultura benefició a productores estatales de cebada con equipamiento, maquinaria y asesoría técnica con un monto federal de más de 9 millones de pesos. Y el estado por medio de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario les ha dado fondos, productos, capacitación, y lo más importante, la asesoría y acercamiento con las grandes empresas del ramo. Hoy las cosas no andan bien y a días de empezar la siembra del ciclo agrícola de temporal para la cebada, se sabe que reducirán las hectáreas que tradicionalmente se compran para los principales clientes que son Grupo Modelo y Heineken.
Los cebaderos de Hidalgo compiten con el Bajío, con Puebla, con Zacatecas, y todavía ofrecen mejores precios y aceptan muchas de las condiciones para el trabajo, lo cual no es suficiente para que se le otorguen la mayor parte de los contratos.
Este año la tonelada de cebada se pagará en 5 mil 200 pesos, mientras que la de trigo en 5 mil 800 como mínimo. Ante la imposibilidad de vender más cebada, ya que las plantas cerveceras redujeron su producción al no ser una actividad esencial, la propuesta es que se permita sembrar trigo que es mejor pagado.
Apenas empezamos a salir al paso del coronavirus en cuestión epidemiológica, pero parece que sus efectos se verán a largo plazo en lo económico y en la producción agrícola y sobre todo en la competitividad que es donde más le pega al estado.
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