Como cada cierre de año, comienzan a evaluarse los retos y obstáculos para el siguiente y por consecuente salen a relucir los pendientes que siempre quedan rezagados en la administración pública y los gobiernos locales.
Uno de los principales, que año tras año sigue en la mira de la opinión pública es el tema de la basura, la recolección de residuos sólidos urbanos, su disposición, su aprovechamiento, el cuidado al medio ambiente y todo lo que envuelve a esta industria en Hidalgo, México y el mundo.
Hace un par de décadas lo que menos importaba quizá era qué pasaba con la basura de las casas en Pachuca.
Años más tarde, con la crisis de disposición, los tiraderos a cielo abierto, las enfermedades, el calentamiento global y la evidencia social y científica de que se estaba ante un grave daño al planeta, se comenzó a buscar la forma de tirar sin contaminar, y hasta la fecha no se ha podido.
La presidenta municipal, Yolanda Tellería Beltrán, aseveró que en caso de no resolverse la petición de abrir una nueva celda nueva en el relleno del Huixmí, costaría cerca de 350 pesos por tonelada su traslado para la disposición final, es decir, más de 37 millones de pesos al año el tirar la basura de Pachuca en otro sitio.
Una opción viable es revalorizarla, reciclar, generar energía y gas a partir de los propios desechos, situación que hasta ayer realizaba de forma discreta la empresa Energía del Litoral S.A.P.I. de C.V., que opera una planta de biogás en Pachuca para la generación de electricidad para la Comisión Federal de Electricidad. La Secretaría de Medio Ambiente del estado (Semarnath) clausuró ayer las operaciones de dicha planta, aludiendo faltas a la ley, lo que abre de nuevo el debate sobre si se seguirá disponiendo de la basura en dicho sitio de Pachuca, o el problema se llevará a otro lado.
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