El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca asegura que este viernes se presentará ante el Congreso un proyecto de Presupuesto 2023 con medidas de austeridad y reorientación del gasto a rubros de mayor impacto social.
Por más de dos décadas, Hidalgo y su generación de políticos han intentado por todas las vías posibles sacar de la pobreza a las regiones más apartadas. Se han implementado proyectos de índole nacional y hasta mundial en la Sierra, en comunidades indígenas, en la Huasteca, en las ciudades mal urbanizadas, en territorios sin vocación real y con pocas oportunidades para sus pobladores y nada parece haber funcionado.
Desde Oportunidades, la Cruzada Nacional contra el Hambre, la ONU-Habitat, Unicef, hasta Servidores de la Nación y ahora el Bienestar, pagos y pagos de pensiones alimentarias, despensas, entrega de materiales, pisos, cuartos, drenajes, todo lo que a uno se le pueda ocurrir y nada más no se reduce la brecha de desigualdad y la marginación.
¿Cómo un proyecto de austeridad presupuestal puede mejorar la calidad de vida en Hidalgo?, la respuesta parece estar en otro lado y es en el actuar de los funcionarios que ejercen dichos recursos, en cada sexenio, en cada año.
No importa si hay un excelente programa social, si hay corrupción, si hay desvíos de fondos, si hay mal manejo administrativo, lo más seguro es que pasen otros seis años y allá por 2028 se esté hablando en otra campaña de promesas de sacar a la población de la pobreza.
El combate a la corrupción debe sostenerse como una política pública con leyes y acciones concretas que erradiquen las malas prácticas, comenzando por quienes ostentan un cargo público que les fue conferido por la confianza ciudadana.
De lo contrario, todo este esfuerzo en la llegada de un nuevo régimen político quedará para el anecdotario.
Eduardo González
Twitter: @laloflu
