El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles comenzará operaciones en una semana, el 21 de marzo, y no hay participación, plan o involucramiento alguno de Hidalgo y sus municipios.
Tras dos años de edificación, de momentos de análisis y proyección, pero sobre todo de planeación urbana, la obra no contempla de inicio nada para el estado, pero sí traerá una terrible barrera a la movilidad para el corredor Pachuca-Ciudad de México.
Quizá no se ha visto desde el lado hidalguense, pero el AIFA está más cerca de Pachuca y su zona metropolitana, que de cualquier otra capital o ciudad, incluso del Valle de México.
Es decir, a Hidalgo le tocaría el principal beneficio de una nueva terminal aérea, pero como van las cosas, parece ser que le tocará el perjuicio en cuanto a falta de movilidad, rutas de acceso y ningún aporte para el desarrollo demográfico estatal.
Tanto Pachuca como Tizayuca se pronunciaron en días pasados por que la Sedatu sea el puente para que los municipios hidalguenses estén dentro del plan de crecimiento y sustentabilidad, si es que existe, del AIFA y su zona colindante. Y es que de Tizayuca al nuevo aeropuerto son prácticamente 15 minutos de distancia, aunque con el tráfico actual se hace hasta 1 hora. De Pachuca, anteriormente se hacía 25 o 30 minutos máximo hasta Santa Lucía, y hoy se realiza dicho viaje en casi una hora en promedio.
Se sabe que hay obras, adecuaciones, y todo un plan de movilidad, pero del Estado de México y la Ciudad de México al AIFA, del lado de Hidalgo, no hay más que buenas intenciones, propuestas de campaña y una espera que será determinante para saber de qué forma impactará el inicio de operaciones del nuevo aeropuerto para la vida de los hidalguenses. No estamos ajenos al desarrollo metropolitano del Valle de México, todo lo contrario. La pregunta aquí es: ¿será Hidalgo partícipe o solo receptor de una mala urbanización?
@laloflu
