Que en San Pedro Cholula el Cabildo ya perdió la paciencia y ahora va con todo contra el síndico municipal, Iván Cuautle Minutti, a quien le pedirán que rinda cuentas claras, y sin rodeos, sobre el robo de documentos oficiales ocurrido el pasado 8 de julio en el mercado Cosme del Razo. Resulta que a más de una semana del atraco no hay denuncia, no hay carpeta de investigación, y lo que más preocupa es que no hay señales de vida jurídica por parte de la sindicatura, instancia responsable de representar legalmente al Ayuntamiento.
Que las casas de empeño estarán bajo la lupa después de exhortar a la Profeco a que verifique que estén debidamente registradas y sobre todo, que rindan cuentas de lo que reciben y entregan. El llamado, hecho desde el Legislativo, también involucra a la FGE, a la SSP y a los ayuntamientos, a fin de evitar que estas empresas se conviertan en vitrina de productos robados. Se busca cerrar la puerta a las negocios que se hacen al margen de la ley y que, en muchas ocasiones, terminan siendo cómplices del delito, aunque sea por omisión.
Que bien dicen que lo que rápido se hace, rápido se descompone y si no, que le pregunten al ex gobernador Sergio Céspedes, cuyas obras comienzan a desmoronarse, a escasos meses de haber sido inauguradas. El fin de semana, personal especializado tuvo que intervenir el puente que baja hacia Osa Mayor, donde los vistosos mosaicos decorativos comenzaron a desprenderse de un momento a otro. Lo cierto es que no es la primera vez que pasa ya que los famosos arcos que adornan la Vía Atlixcáyotl a la altura del Periférico ya habían mostrado “síntomas de fatiga” poco tiempo después de colocarse.
Que nuevamente la solidaridad quedó a deber. Esta vez fue en Coronango donde un accidente, protagonizado por un camión cargado de papayas, terminó en una escena que lastimosamente se volvió viral cuando decenas de pobladores se lanzaron como enjambre sobre la mercancía regada, ignorando por completo al conductor herido que yacía en el sitio. Las imágenes circularon en redes sociales, dejando en evidencia cómo la necesidad o la indiferencia, puede más que el sentido humano ante una emergencia.
