Que hoy se definirá la suerte del presidente del Tribunal Electoral, Reyes Rodríguez Mondragón, luego de los señalamientos de tres magistrados, quienes aseguran que han perdido la confianza en él y piden su remoción. El funcionario se defendió ayer en redes sociales con un extenso documento en el que asegura que no ha cometido delito, que ha actuado con imparcialidad, que en la sesión de este día seguirá con su política de diálogo y que no se va, porque hacerlo en este momento, en medio de las precampañas, tendrá “repercusiones”. A ver.
Que el Senado y la Cámara de Diputados, presididos por Ana Lilia Rivera y Marcela Guerra, respectivamente, alistan un cierre a marchas forzadas del periodo de sesiones, con la aprobación al vapor de decenas de asuntos pendientes. Así, mientras en el recinto de Paseo de la Reforma se busca todavía una mayoría calificada para nombrar a la nueva ministra de la Corte, so pena de ceder la designación al Presidente, en San Lázaro queda como pendiente la discusión de la reducción de la jornada laboral, una reforma que los legisladores patearon para el próximo año.
Que en la Suprema Corte de Justicia de la Nación existe una incertidumbre fundada, pues no están seguros si los funcionarios del gobierno federal que fueron invitados al primer informe de labores de la ministra presidenta, Norma Piña, estarán presentes, debido a la distancia que ha tomado el presidente Andrés Manuel López Obrador con jueces y magistrados. Las invitaciones ya se enviaron, pero hasta anoche no había respuesta. La expectativa es que asistan para fortalecer el diálogo entre poderes.
Que el llamado que hizo el alcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis, para que los tres órdenes de gobierno brinden ayuda urgente a los pobladores de Texcaltitlán, donde pobladores y extorsionadores se enfrentaron el viernes con saldo de 14 muertos, no cayó nada bien en Morena y menos en Palacio Nacional. En el partido guinda se leyó como una presión del presidente municipal para incrementar sus bonos frente a la selección de candidatos mexiquenses al Senado, aunque la estrategia puede terminar con el resultado opuesto.