Que Marcelo Ebrard declaró que no tiene nada que ocultar después de que la Sala Superior del Tribunal Electoral ordenó analizar las denuncias contra la operación del Movimiento Nacional que lo apoya por presuntos actos anticipados de campaña. Ayer, en Acapulco, el aspirante a la candidatura presidencial de Morena respondió “que me investiguen” y de pasada descartó de nuevo que vaya a ser un abanderado independiente, porque está seguro, como lo está cada corcholata en su propio beneficio, que ganará la encuesta interna.
Que por cierto el Tribunal Electoral, que encabeza Reyes Rodríguez Mondragón, empezará a resolver de fondo las quejas por actos anticipados de precampaña y en un proceso de máximo 18 días la Sala Especializada dirá si los eventos denunciados deben ser considerados como tales y sancionados, en su momento, hasta con la negativa de registro. Habrá un plazo de tres días para allegarse toda la información e integrar su resolución, mientras que el INE contará con 10 para mandar más información si es requerida y la Sala Regional Especializada con cinco más para zanjar. A ver.
Que con vistas a la publicación de los índices de pobreza que dará a conocer la siguiente semana el Coneval, fuentes de la 4T prevén que haya una disminución significativa de entre 8 y 9 puntos porcentuales en comparación con 2020. De darse ese escenario, será un salto importante, pues de acuerdo con el Banco Mundial, en los últimos 25 años el país redujo 30 por ciento la pobreza, es decir, significará que en solo dos años el gobierno federal habrá logrado una tercera parte de lo que se hizo en casi todo el “periodo neoliberal”.
Que tres negocios de Fernando Medina Ramírez fueron clausurados por autoridades de San Luis Potosí capital, que gobierna Enrique Galindo, pero no por la golpiza que propinó a un adolescente que trabaja en un Subway, sino porque ninguno tiene los permisos para operar. Mientras se colocan sellos de clausura a un gimnasio, un lote de autopartes y una cervecería, el agresor sigue prófugo.