Que ríspida se prevé la sesión de este miércoles en el Senado, donde varios legisladores de la oposición exigirán en el pleno la renuncia del titular del INM, Francisco Garduño Yáñez, por la muerte de 38 migrantes en una delegación de Ciudad Juárez, encerrados y dejados a merced de un incendio. Además, exigirán la comparecencia del canciller, Marcelo Ebrard, y del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, pues consideran que hay una fallida política migratoria.
Que en el Tribunal Electoral, presidido por Reyes Rodríguez Mondragón, no los calienta ni el sol por la decisión que tomarán hoy los partidos para limitar sus facultades, pues después del fracaso del plan A y la diagnosticada inconstitucionalidad del B, ya se veían del otro lado con sus atribuciones intactas. Lo que no deja de llamar la atención es el doble discurso de la oposición, que pregona que el INE no se toca, pero a conveniencia ha decidido atar de manos a las magistraturas para que no les imponga nada.
Que por cierto, a algunos consejeros no les gustó la forma en que Edmundo Jacobo anunció de golpe su renuncia a la Secretaría Ejecutiva del INE, pues saben que fue decisión previamente acordada con Lorenzo Córdova y los medios de comunicación se enteraron antes que el Consejo General de que habría un anuncio ayer por la tarde que posiblemente estaría relacionado con la salida del primero del cargo.
Que la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, encabezada por el morenista Ignacio Mier Velazco, hará esta tarde el último intento de alcanzar un acuerdo sobre la elección de los cuatro nuevos consejeros del INE, aunque, off the record, opositores y oficialistas dan por hecho la tómbola del próximo viernes para resolver los nombramientos, aunque por ser inédito, ninguno sabe con exactitud cómo realizar dicho ejercicio. Por cierto, los líderes parlamentarios de Morena, PVEM y PT acordaron llamar a cuentas a Santiago Creel para reclamarle su descalificación a las quintetas de aspirantes.