Que si bien los daños que dejaron las lluvias de la tormenta tropical Hanna en la zona metropolitana no fueron tan graves como se esperaban, a reserva del recuento final, no dejan de ser un gasto imprevisto para los municipios afectados.
No por nada las alcaldesas Cristina Díaz en Guadalupe y Clara Luz Flores en Escobedo, madrugaron para tener de primera mano el recuento de los daños en los sectores más afectados de los municipios que gobiernan.
Que en San Nicolás, el alcalde Zeferino Salgado fue el primero en contabilizar en poco más de 10 millones de pesos el costo de reparar el asfalto dañado por las lluvias.
Otra de las zonas afectadas fue Apodaca, donde el alcalde César Garza inspeccionó las viviendas dañadas por el cauce del río Pesquería para llevar apoyos.
Por lo visto aún hay gente que insiste en habitar en zonas de alto riesgo, a orillas de las corrientes de ríos y arroyos.
Que sin duda, todo es urgente de reparar, pero lo más indispensable, por tratarse de vialidades primarias, son los socavones causados en las avenidas Morones Prieto y Constitución, ya que los daños obligaron a cerrar varios tramos en ambas rutas.
Hay que reconocer que las tareas de prevención y coordinación de estado y municipios, tanto de las corporaciones de Protección Civil como las policiacas y puestos de socorro, hicieron un gran trabajo en rescate y salvamento, y por supuesto el Ejército Mexicano, que implementó el Plan DN-III-E en las zonas más afectadas.
Que en la próxima reunión de la Alianza Federalista el 7 de agosto, porque de ahora en adelante serán quincenales, muy probablemente habrá un gobernador menos, luego de que el mandatario de Durango, José Rosas Aispuro, dio positivo en la prueba de covid.
Por lo pronto, en las redes sociales circulan desde anoche fotos de la reunión del viernes pasado en Guanajuato… donde Jaime Rodríguez fue el vecino de Rosas Aispuro en la mesa del presídium.
