Que en torno a la coalición en Durango, una más que levanta la mano para ser gobernadora es Azucena Triana, y cuando la levantó la sociedad duranguense preguntó ¿y quién es ella? Resulta que doña Azucena es una priísta de hueso colorado, según lo declaró ella misma y afirmó que tan leal es a su partido que en la elección gubernamental pasada decidió jugársela con Aispuro. Gracias a esta situación el actual gobernador la premió con un puesto de representación estatal en la capital mexicana. No sabemos si a doña Azucena se le cruzaron los cables con la declaración ya que esto ha dejado entrever un supuesto arreglo tras bambalinas en el proceso gubernamental pasado por parte del PRI y PAN para entregar el estado y hacer caer al entonces candidato Esteban Villegas o si de plano la funcionaria ha estado tanto tiempo alejada de Durango que ya no se acuerda que Aispuro contendió por Acción Nacional.
En fin, aún así la “fiel” priísta levanta la mano en caso de que el género sea femenino y adivinó usted, el señor gobernador también le bajó el cielo y las estrellas para que lo hiciera.
Que continuando con Lerdo, cada día son más los detractores del alcalde Homero Martínez. Y es que Don Homero no se ha dado cuenta que a sus espaldas sus fieles funcionarios ya no soportan las imposiciones y caprichos del alcalde, más de uno se está organizando para llegado el momento respaldar a nuevos personajes, ajenos a la pareja real, para que encabecen la fórmula de este partido al momento de buscar la alcaldía.
Lo mismo sucede Lerdo con Morena, en donde la recién llegada Claudia Holguín también levantó la mano y ya se encuentra moviendo sus huestes para hacerse de la candidatura morenista, según ella porqué está respaldada por José Ramón Enríquez de quien ella misma afirma será el próximo gobernador de Durango. Ah, bueno.
Que todavía no sale del “affaire” de los “Pandora Papers” y ya el senador de Morena, Armando Guadiana Tijerina, se metió en otro embrollo y es nota nacional al conocerse que el SAT le perdonó en el actual gobierno federal la cantidad de 2.6 millones de pesos. En años anteriores sus empresas mineras también han recibido beneficios fiscales y hace tres años ocultó un fideicomiso en su declaración patrimonial. Los más recientes perdones fiscales son tres en total y son cuestionables porque el empresario minero coahuilense ha aprovechado su condición de senador para obtener esas facilidades administrativas.