Que este sábado, el rector de la Universidad Autónoma de Coahuila, Salvador Hernández Vélez, tuvo invitados especiales en el Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico del Semidesierto que la institución educativa mantiene en Viesca. Ahí anduvieron el exgobernador, Enrique Martínez y Martínez; el diputado local y exalcalde de Torreón, Heriberto Ramos Salas, así como Jaime Martínez Veloz. Puro antimoreirista.
Con todo y que se expusieron proyectos académicos relacionados con dicho centro universitario, la reunión no dejó de oler a futurismo político y más si se considera que Martínez y Martínez mantiene la representatividad de un importante grupo de priistas en Coahuila, particularmente en Saltillo.
Que esta semana el diputado federal por Saltillo, Jericó Abramo Masso, presentará una iniciativa tendiente a modificar la Ley del Seguro Social para permitir que los jubilados y pensionados mantengan los beneficios de su pensión a pesar de que eventualmente vuelvan a contar con un empleo formal.
Se supone que de aprobarse esta iniciativa de ley beneficiará a unos cuatro millones de personas. A ver qué tan solidaria se muestra la mayoría morenista y no le batean su iniciativa al legislador priista.
Que siguiendo el reporte diario de la Secretaría de Salud y según las proyecciones del propio Roberto Bernal, todo parece indicar que la tercera ola de COVID va cediendo en Coahuila. Se espera que no sean sólo buenas intenciones y entusiasmo porque sigue en Semáforo Epidemiológico Amarillo.
Una tregua en la cifra de contagios y defunciones se complementaría si se hacen más gestiones para conseguir más vacunas e inmunizar a jóvenes de 12 a 17 años y a los de 18 a 29. Al parecer, Coahuila ya tiene la fórmula.
Que se anticipa un “sismo” en el PRI, al menos en lo que concierne a La Laguna, de Durango y todo porque algunos líderes, con impacto en la estructura, la que mueve votos, sienten que los han “usado” por años y a la hora del reparto de “utilidades” o premios los han dejado fuera. Se habla de que sólo algunas familias controlan la percepción de que mueven masas. Esa percepción la tienen los jefes a nivel nacional, pero en realidad, es más el mito que la realidad. Ante esas percepciones, quienes realmente han movilizado gente, se quedan mirando cómo en el reparto del pastel, ni a migajas llegan.