Que este lunes Betzabé Martínez se dejó ver en la 5 de Mayo, para invitar —en corto y en voz alta— a la ciudadanía a su toma de protesta. Con sonrisa amplia, fue saludando de mano, repartiendo abrazos y, de paso, recordándole a la gente que ya se acabó la etapa de promesas y arranca la de los compromisos. La 5 de Mayo se convirtió en pasarela improvisada, donde cada apretón de mano era también un recordatorio de que la política no se queda en los edificios oficiales.
Que en política, los tiempos no se miden en relojes ni calendarios, sino en sillas. Y este fin de semana, en el Congreso de Durango, habrá cambio de manos en la silla más codiciada de la Junta de Coordinación Política. Se va Morena con sus aliados, que ya probaron las mieles del poder legislativo, y llega el PRI, con Ernesto Alanís listo para estrenar escritorio, cafetera y —dicen— hasta sillón nuevo.
Que el reto no es menor: abatir el rezago. Porque, seamos sinceros, mientras en los primeros meses los legisladores estuvieron entretenidos con las Reformas Constitucionales del Congreso de la Unión, la agenda local se quedó como los pendientes de fin de año: arrumbados en el cajón, esperando turno y con polvo incluido.
Que no todo es Congreso. En el cabildo de Durango también se acomodan las piezas para una partida de ajedrez que promete ser más emocionante que una telenovela. PRI y PAN llegan con ocho regidores, listos para decir: “¡Aquí mandamos!”. Pero Movimiento Ciudadano entra con cinco, y uno de ellos no es cualquier jugador, sino Francisco Franco, el ex candidato a la alcaldía, que después de más de 50 mil votos anda con ganas de seguir en el reflector. Nadie duda que va a levantar la mano en cada sesión, aunque sea para preguntar dónde está el café.
Que Morena, que hace un año presumía su coordinación legislativa, en el cabildo apenas tendrá tres regidores. El PT, siempre fiel a la tradición del “uno pero bien puesto”, se conforma con su representante. Y con esos números, no se necesita bola de cristal para adelantar que cada votación será cerrada, con suspenso incluido, como final de campeonato de futbol.
Que si el Partido Encuentro Social recupera su registro como instituto político a nivel nacional, en Coahuila tendrá la oportunidad de postular aspirantes a las alcaldías en la siguiente elección local. Al menos, ya arrancó las asambleas que requiere para el rescate del registro. La incógnita es si le alcanzará.