Que la postura fijada por el dirigente estatal del PRI en Coahuila, Carlos Robles, luego de la asamblea nacional de su partido el domingo pasado aparentemente fue tibia, ya que ni avaló ni rechazó las decisiones del líder nacional priista, Alejandro Moreno. Solo dijo que la modificación de los estatutos no significa que Alito vaya a reelegirse.
Esa modificación propuesta por el exgobernador campechano evidencia que Alito busca perpetuarse en el poder partidista, a menos que Robles Lostaunau tenga otros datos. Lástima que ya no haya gubernaturas que entregar, salvo Coahuila y Durango, porque Alejandro Moreno perdió 11 bajo su gestión. Y es que ahora surge el nombre del exgobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, para la dirigencia nacional del tricolor, según analistas, lo cual, de concretarse, significaría una bocanada de aire fresco para el otrora partido hegemónico hoy en estado comatoso.
Que el pasado fin de semana en redes sociales circuló un video en una cancha deportiva en el oriente de Torreón en donde se registró uno de los tantos zafarranchos que se presentan en estos lugares en donde asisten niños, jóvenes adultos, familias completas y donde también circula el alcohol en grandes cantidades, el pleito que pudo haber derivado en tragedia debe de evitarse con una mayor intervención de la autoridad.
Qué de muy buen humor anduvo la alcaldesa de Gómez Palacio Leticia Herrera Ale, tanto que además de enviar pasteles individuales a los reporteros que cubrían la sesión ordinaria de cabildo desde el auditorio Benito Juárez, al terminar se fue a platicar con ellos por más de una hora y donde habló de todo.
Abrió tema con el desarrollo de la Feria 2024 que tuvo una asistencia de más de 350 mil, para pasar al tema político de la asamblea del PRI y su enojo por el agandalle de Alito, pasando por la obra pública que ha superado incluso sus dos administraciones anteriores para rematar en la confianza en el futuro gobierno de Claudia Sheinbaum, primero porque como mujer ofrece expectativas de un buen gobierno y porque en la mayoría de sus primeros nombramientos, se observa un gabinete más académico que ideológico.
